El destacado inmunólogo Zelig Eshhar, galardonado con el Premio Israel y reconocido por sus avances en el tratamiento del cáncer mediante células T, murió a los 84 años este jueves.
Originario de Petah Tikva, donde nació en 1941, Eshhar fue el mayor de cuatro hermanos, hijo de Yaakov y Sarah Lipke. Criado en Rehovot, completó su educación secundaria antes de unirse a la Brigada Nahal de las Fuerzas de Defensa de Israel, lo que lo llevó a establecerse en el kibutz Yad Mordejai.
Durante su tiempo como apicultor en el kibutz, Eshhar descubrió su interés por la ciencia y la naturaleza. Este entusiasmo lo motivó a abandonar la vida rural para estudiar agricultura en Rehovot, aunque pronto cambió su enfoque hacia la biología.
En la Universidad Hebrea de Jerusalén, obtuvo una licenciatura en biología y una maestría en bioquímica. Más tarde, completó su doctorado en el Instituto Weizmann bajo la dirección de Michael Sela y realizó estudios postdoctorales en Harvard con el Nobel Baruj Benacerraf.
En 1982, Eshhar asumió una cátedra en el Instituto Weizmann, donde centró su investigación en la ingeniería genética de células T. Su mayor contribución fue la reprogramación de estas células, esenciales para que el sistema inmunológico identifique y elimine células cancerosas.
En una entrevista de 2017, Eshhar explicó que su trabajo permitió que las células T “reconozcan el cáncer y lo ataquen de manera eficiente gracias al diseño de Receptores de Antígenos Quiméricos (CAR)”. Estas células, al introducirse en pacientes, logran identificar y destruir el cáncer con gran eficacia.
El científico recibió el Premio Israel de Ciencias de la Vida en 2015 y el Premio Dan David en 2021. Además, ocupó roles de liderazgo como presidente del departamento de inmunología del Instituto Weizmann y director del centro de investigación en inmunología del Hospital Ichilov en Tel Aviv.
Eshhar desarrolló tecnología clave para Kite Pharma, empresa israelí adquirida por Gilead Sciences en 2017 por $12.000 millones. “Mi verdadero premio es salvar vidas”, afirmó en una entrevista con Haaretz.
Tras su Muerte, el Hospital Ichilov emitió un comunicado que describe a Eshhar como “uno de los padres de la terapia CAR-T, una revolución que transformó la investigación del cáncer y ofreció esperanza a innumerables pacientes”. El centro resaltó que su trabajo posicionó a Israel como líder en inmunoterapia.
El hospital también elogió su legado humano: “Más allá de sus logros científicos, el Prof. Eshhar fue un mentor excepcional, dedicado a sus estudiantes, colegas y a la ciencia”. Eshhar deja tres hijos y seis nietos.