La compañía biotecnológica Moderna sorprende al mundo al anunciar un innovador conjunto de vacunas dirigidas a combatir enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y autoinmunes.
Un avance en el horizonte
Gracias al éxito de su vacuna de ARNm contra el COVID-19, Moderna prevé desarrollar vacunas contra el cáncer en un plazo de cinco a siete años, lo que podría salvar millones de vidas a nivel mundial. Estas vacunas personalizadas se adaptarían a múltiples tipos de tumores y podrían estar disponibles antes de 2030, incluso en 2028.
Moderna está considerando solicitar la aprobación acelerada de su “vacuna” personalizada contra el cáncer a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA).
Expertos piden cautela
El profesor Howard (Chaim) Cedar, experto en biología del desarrollo e investigación del cáncer de la Universidad Hebrea de Jerusalén, insta a la cautela ante estos anuncios.
Cedar señala que combatir el cáncer es un proceso lento y complejo en el que han participado numerosos investigadores durante décadas.
Aunque el ARNm tiene ciertas ventajas, como no requerir localización nuclear ni transcripción, todavía queda mucho por demostrar.
Orígenes e impulso de la idea
Uno de los primeros en considerar la idea de utilizar el sistema inmunológico para combatir el cáncer fue el profesor de origen austriaco David Weiss. A pesar de sus esfuerzos, no logró hacerlo funcionar. Solo en los últimos 15-20 años se ha retomado el intento, y las vacunas COVID-19 han impulsado el trabajo en este campo.
El desafío de adaptar el ARNm al cáncer
A diferencia del COVID-19, el cáncer no es un patógeno y el ARNm no se emplea en una vacuna preventiva. En cambio, se utilizaría en una inmunoterapia para tratar tumores malignos. Utilizar ARNm para tratar cánceres requeriría trabajar con algo específico para el tipo de cáncer de cada persona, lo que representa un desafío considerable.
El proceso detrás de la “vacuna” personalizada
El Dr. Paul Burton, director médico de Moderna, explica que, en primer lugar, los médicos tomarían una biopsia del tumor del paciente y la enviarían a un laboratorio para secuenciar su material genético.
A continuación, se identificarían mutaciones que no estén presentes en células sanas, lo que permitiría desarrollar terapias basadas en ARNm para enfermedades raras previamente incurables.
Un futuro prometedor, pero incierto
Aunque el anuncio de Moderna genera esperanza y entusiasmo, es crucial mantener la cautela y recordar que el camino hacia una solución efectiva para combatir el cáncer es largo y complejo.
Si bien los avances en la terapia del ARNm pueden abrir nuevas posibilidades para tratar enfermedades graves y raras, aún quedan muchos desafíos por superar y pruebas por realizar antes de que estas vacunas estén disponibles y sean seguras para el público en general.