Gracias a su adaptabilidad, los sensores magnéticos flexibles han encontrado un amplio uso en numerosos sectores de la industria de la electrónica flexible, como la robótica blanda, la electrónica de consumo, la sanidad y el transporte, entre otros.
Entre sus usos más comunes están la navegación, la detección de la presión, la monitorización de la postura y el seguimiento del movimiento en interfaces hombre/máquina sin contacto, sensores de tensión y piel y textiles inteligentes.
La flexibilidad y la capacidad de adaptarse a una amplia gama de tipos de superficie -incluidas las superficies blandas y de forma irregular- hacen que estos sensores sean superiores a sus homólogos rígidos. Sin embargo, esta ventaja tiene un precio, ya que los sensores magnéticos flexibles son mucho menos sensibles para detectar campos magnéticos minúsculos.
Sin embargo, investigadores de la Universidad Bar-Ilan (BIU) y la Universidad Ben-Gurion del Negev (BGU) afirman que se avecina un «salto de gigante de más de un orden de magnitud en la mejora de la sensibilidad de los sensores magnetorresistivos flexibles».
El Dr. Nhalil, Daniel Lahav, Shai Amrusi y Moty Schultz, como jefes de grupo, son autores de una investigación publicada en Applied Physics Letters como Editor’s Pick con el título «Flexible planar-Hall effect sensor with sub-200 pT resolution».
En este artículo se presenta un sensor magnético fabricado con cinta de poliamida y se acompañan gráficos de frecuencia frente a NEM para el sensor en sus estados plano, doblado y sin doblar. Se muestra gráficamente la detección de campos magnéticos por debajo de 200 pT. (s/o al profesor Lior Klein y al Laboratorio de Espintrónica y Nanomagnetismo del Departamento de Física de la Universidad de Bar-Ilan)
Los nuevos sensores se cultivan en cinta de poliamida, resistente a ácidos y aceites y con gran capacidad de aislamiento eléctrico. La cinta de poliamida evita que los componentes electrónicos se sobrecalienten o se enfríen demasiado, por lo que se utiliza en muchas industrias.
¿Cuál es la sensibilidad de los nuevos detectores?
Aunque son más de 200.000 veces más débiles que el campo magnético de la Tierra, los sensores pueden detectar estos campos magnéticos de baja frecuencia.
El profesor Lior Klein, del departamento de Física de la BIU, y el Dr. Asaf Grosz, de Ingeniería Eléctrica e Informática de la BGU, han dirigido la investigación. «Estos valores no sólo son los mejores entre todos los tipos de sensores magnéticos flexibles registrados hasta la fecha, sino que también superan los de muchos homólogos rígidos», afirma Klein. Estos sensores son ideales para su incorporación a la próxima generación de dispositivos electrónicos flexibles por su sensibilidad sin parangón, su diseño sencillo, su bajo coste y su extraordinaria flexibilidad».