Los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte en Estados Unidos entre los menores de 54 años. Anualmente se producen la asombrosa cifra de 12,4 muertes por cada 100.000 personas (es decir, 36.500 víctimas mortales), con un total de 4,5 millones de personas heridas lo suficiente como para necesitar atención médica.
Todo ello tiene un grave coste económico: 340.000 millones de dólares en 2019, incluidos unos 30.000 millones en costes directos para los contribuyentes. Y 2021 fue aún peor, con 42.915 personas asesinadas en las carreteras estadounidenses, la cifra más alta en un solo año desde 2005.
Líneas de visión
Uno de los principales factores que contribuyen a esta trágica historia son las malas líneas de visión, que son notoriamente difíciles de prever cuando se planifica una nueva carretera o autopista.
Natan Elsberg trabajaba como ingeniero civil de transportes en Estados Unidos cuando en 1993 decidió emigrar a Israel. Empezó diseñando carreteras en la zona de Jerusalén y en 2005 fundó su propia empresa de consultoría, RDV Systems (RDV son las siglas de “rapid design visualization”, visualización rápida de diseño).
En un principio era una empresa de visualización de diseños en 3D especializada en la planificación de autopistas e infraestructuras, pero ahora RDV se centra en la seguridad vial.
“No dominábamos el mercado del diseño 3D”, explica Elsberg. “Hay muchas otras empresas. Negociamos con los líderes de CAD [diseño asistido por ordenador] y casi nos compran. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que éramos los únicos que hacíamos 3D para cuestiones de seguridad. La seguridad es una propuesta muy diferente. No se puede hacer con un par de fotogramas”.
Una alternativa virtual
Elsberg recuerda cómo ha cambiado la planificación del transporte a lo largo de los años.
“Antes íbamos a una reunión con planos de ingeniería en papel”, cuenta. “La gente no lo entendía. El papel no comunica bien, ni al público ni a los interesados internos. Era una pérdida de tiempo y dinero”.
La solución a principios de los 90: “Trae más y más papeles, ponlo todo en una pared y al final la gente lo entenderá. Pero no lo hacían”.
Elsberg y RDV Systems se propusieron construir una alternativa virtual “antes de que existieran Google Earth o todo lo que tenemos en nuestros teléfonos”.
Elsberg y su equipo de RDV trabajaron en proyectos en Israel (la mejora de la autopista 1 desde Sha’ar Hagai hasta la entrada de Jerusalén, el nuevo centro de Modi’in, el tren de alta velocidad de Tel Aviv a la capital), así como en proyectos en Estados Unidos.
En los últimos años, RDV Systems se ha centrado exclusivamente en Norteamérica. EE.UU. es el país de renta alta con más accidentes mortales, aproximadamente un 50% más que otros países similares de Europa Occidental, Canadá, Australia y Japón.
Según Elsberg, RDV ha colaborado ya con unos 20 departamentos de transporte estatales, entre ellos el de Connecticut, donde trabajó en la ampliación de la autopista 1-84, cerca de Hartford, por valor de 4.000 millones de dólares.
RDV también ha trabajado en proyectos en Florida, Massachusetts, Texas, Nevada, Michigan y Utah. (Esos son sólo los proyectos publicados; hay muchos más que Elsberg aún no ha podido compartir públicamente).
Hasta el centímetro
La visualización 3D es ahora “precisa hasta el centímetro”, afirma Elsberg.
“Pero hay un área de la ingeniería de carreteras que sigue sin abordarse. Es el hijo bastardo de la seguridad: la distancia de visibilidad. Es un concepto sencillo. Si quieres conducir por una carretera a 100 km/hora, por ejemplo, necesitas ver un objeto a 192 metros delante de ti. Puede haber un árbol caído, un coche parado, una roca”. Los puentes, el deslumbramiento y el drenaje pueden ser problemáticos.
Dicho de otro modo, si estás en una carretera con un límite de velocidad de 100 km/h, “necesitas cerca de 100 metros para ver con seguridad, comprender, decidir pisar el freno y detener el vehículo con seguridad”.
El software de RDV simula problemas de línea de visión que no podrían haberse visto utilizando otros programas de software, y desde luego no utilizando papel y bolígrafo.
¿Qué tipo de problemas puede detectar RDV? Los guardarraíles al girar una esquina son uno de los más importantes. “Si alguien está parado ahí y sobresale, no podré parar a tiempo”, señala Elsberg.
El software de RDV puede ahorrar a un departamento de transporte una parte importante de su presupuesto.
“Pusimos en práctica nuestro software en la autopista Jerusalén-Tel Aviv”, señala Elsberg. “Encontramos seis deficiencias en el diseño. Pudimos corregirlas incluso antes de que empezara la construcción. Normalmente, estos defectos se construirían, y luego se tardarían entre 10 y 20 años en analizar por qué tenemos un número anormal de accidentes en ese punto”.
Para ver una simulación de RDV, puedes ver un vídeo 2D normal sin necesidad de software ni hardware especial, o ponerte unas gafas de realidad virtual.
“No es una aplicación específica. Basta con escanear un código QR y abrir el navegador”, dice Elsberg.
El mercado está preparado
El camino de RDV hacia la tecnología de línea de visión comenzó en 2007, “pero el mercado no estaba preparado para que hiciéramos 3D”, dice Elsberg.
El gran avance se produjo cuando RDV estaba trabajando en un nuevo intercambiador en Utah.
“Tenemos modelos virtuales en 3D de todas las carreteras porque las escaneamos con lidar”, nos dijeron, recuerda Elsberg. “¿Podéis hacer vuestros análisis en nuestra red actual? En ese momento decidimos poner toda la carne en el asador y apostar por la seguridad”.
Elsberg subraya que RDV no escanea, sino que confía en sus clientes. Varios departamentos de tráfico de Estados Unidos ya lo han hecho, mientras que el resto “está en vías de asociarse con empresas que realizan escaneados lidar. También nos hemos asociado con empresas que realizan escaneados lidar no para el trabajo de los DOT, sino para otros tipos de cartografía”.
Google y Apple, señala Elsberg, dependen a menudo de terceros proveedores. Estos proveedores, a su vez, “tienen millones de kilómetros de datos lidar que están dispuestos a vender”.
Otra ventaja: los DOT hablan entre sí, lo que produce un efecto de red para el embudo de ventas de RDV. “No tenemos que vender a los 50 DOT estatales”, señala Elsberg, “sólo a cinco o seis de ellos con masa crítica”.
Para toda la vida
En sus 15 años de existencia, RDV ha recaudado algo menos de 5 millones de dólares. La mayor parte del presupuesto de la empresa procede de los ingresos del proyecto.
RDV vende sus servicios directamente a los clientes, pero hay otra fuente de ingresos.
“Cuando publicamos nuestros modelos en la nube, eso se convierte en ingresos recurrentes”, explica Elsberg. “Los clientes pagarán por poder ver en línea y en tiempo real cuál es la última versión de su proyecto.
Con una suscripción, los miembros del equipo pueden conectarse, almacenar archivos, ponerse gafas de RV, hacer visitas virtuales y sus propios vídeos. Los DOT suelen mantener este servicio activo durante toda la vida del proyecto, desde la fase de diseño y la planificación inicial hasta la construcción final”.
A veces un cliente entra por la puerta de atrás. Un proyecto en Arizona sólo pretendía mostrar al público en qué estaba trabajando el Departamento de Transportes.
“Les dijimos que, por otros 30.000 dólares, podíamos hacerles un recubrimiento de seguridad. Ya han invertido en el proyecto, ahora, por un poco más de dinero, podemos mostrarles un análisis crítico que puede salvar vidas utilizando los mismos modelos 3D”, explica Elsberg.
El futuro de la conducción autónoma
Añadir un análisis de seguridad por otro 15% del precio total del proyecto es casi una obviedad
Preguntamos a Elsberg si el futuro de la conducción autónoma podría obviar parte de la propuesta de valor de RDV.
“Desde el punto de vista de la seguridad, los vehículos autónomos de nivel 5 matarían a menos gente”, afirma Elsberg. “Pero llegar hasta ahí llevará décadas. En Estados Unidos no podemos conseguir que la gente deje sus armas. Entonces, ¿cómo vamos a conseguir que renuncien a conducir?”.