La población árabe de Israel está siendo estudiada como un caso de éxito en materia de vacunas por un proyecto internacional que pretende aumentar las tasas de inoculación entre las poblaciones desfavorecidas.
El programa de la Unión Europea, de cinco años de duración, se centra en la vacunación infantil, no en las vacunas contra el COVID-19, aunque sus directores afirman que las observaciones iniciales ayudarán a orientar las campañas de vacunación contra el coronavirus.
El proyecto incluye un análisis de la política sanitaria en la comunidad árabe israelí, debido a su altísima tasa de aceptación. Alrededor del 96% de los padres árabes están de acuerdo en que sus hijos reciban las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH), una buena medida de los niveles generales de vacunación infantil. En cambio, el 54% de los padres judíos están de acuerdo.
“Cabría esperar que, dado que mi comunidad, la árabe, está socialmente desfavorecida, las tasas de vacunación fueran bajas, pero en realidad son muy altas”, afirma Jumanah Essa-Hadad, directora del laboratorio de población sanitaria de la Universidad de Bar Ilan, una de las académicas que ha realizado la investigación. “Nuestro objetivo es entender qué lleva a esto y permitir que otros se beneficien de las conclusiones”.
Las líneas de investigación incluirán la alta confianza de las madres en los médicos y el impacto del sistema sanitario israelí. “Las madres no cuestionan la vacunación y tienen un alto nivel de respeto por los médicos, que son figuras respetadas y de confianza”, dijo Essa-Hadad a The Times of Israel, añadiendo que el fácil acceso a las vacunas, que se ofrecen en las clínicas locales y en las escuelas, también se cree que contribuye al éxito.
El epidemiólogo Michael Edelstein, colega de Essa-Hadad, dijo: “La razón por la que estudiamos esta comunidad es que queremos entender qué permite a una comunidad desfavorecida alcanzar una cobertura de vacunas tan alta -qué motiva y capacita a la gente- y entender y trasladar estos factores a otras comunidades también desfavorecidas, pero con una baja cobertura vacunal”.
Señaló la disonancia que supone el hecho de que los árabes israelíes tengan un nivel muy alto de aceptación de las vacunas infantiles, pero que los adultos de la comunidad se muestren más reacios a vacunarse contra el coronavirus, y vayan a la zaga de sus homólogos judíos. Todavía no tiene una explicación, pero dijo que se investigará la discrepancia, lo que posiblemente conduzca a recomendaciones políticas.
El objetivo del programa de la UE es aprovechar los conocimientos adquiridos en Israel y otros dos países que ofrecen lecciones positivas de las comunidades minoritarias, para beneficiar a poblaciones específicas insuficientemente vacunadas.
Las otras comunidades desfavorecidas altamente vacunadas son la comunidad bangladesí en el Reino Unido y la comunidad somalí en Finlandia. El objetivo es aprovechar las lecciones aprendidas de ellos y de los árabes israelíes para aumentar significativamente la aceptación de la vacuna entre los refugiados y los migrantes en Grecia, los adolescentes de origen turco y marroquí en los Países Bajos, los migrantes económicos ucranianos en Polonia y las poblaciones romaníes en Eslovaquia.