Un equipo oficial de Hamás se reunió el domingo en Beirut con el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, según informó el medio de comunicación libanés Akhbar Al Yawm.
Según el informe, Nasrallah se reunió con miembros de alto rango de la organización terrorista destacados en Gaza, entre ellos Khalil al-Hayya, secretario general del buró político del grupo, y Osama Hamdan, subjefe del grupo.
Hamdan es el máximo representante de Hamás en el Líbano. Se encuentra allí. Entre 1994 y 1998, representó a la organización en Irán con carácter oficial.
Nasrallah y los funcionarios de Hamás discutieron “los últimos acontecimientos políticos y de campo en Palestina, Líbano y la región, especialmente los recientes enfrentamientos en la Franja de Gaza, Judea y Samaria y Jerusalén”, según un comunicado publicado por Hezbolá tras la reunión.
En la conferencia también se discutieron los posibles resultados de “la situación en la región, a la luz de los [recientes] acontecimientos”.
Nasrallah y Ziyad Nakhaleh, líder de la Yihad Islámica Palestina, se reunieron cara a cara unos días antes.
Según un informe del medio de comunicación libanés Al Mayadeen, afiliado a Hezbolá, las dos partes discutieron “los papeles previstos de las distintas partes en el eje de la resistencia en la próxima etapa”, lo que implica que discutieron la posibilidad de una futura cooperación entre Hezbolá y la Yihad Islámica. En el estudio, no quedó claro en qué puede consistir la “próxima etapa”.
Ambas reuniones se producen mientras aumentan las tensiones entre Israel y Hezbolá, el apoderado de Irán en Líbano, por los recursos de gas en zonas marítimas y las repetidas advertencias del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah.
Al parecer, está próximo un acuerdo sobre la disputa de la frontera marítima entre Israel y Líbano. Por otro lado, los funcionarios israelíes han expresado su preocupación por que Hezbolá intente llevar a cabo más provocaciones para hacer ver que es responsable de cualquier concesión que Israel pueda aceptar como parte del acuerdo.
Varios drones de Hezbolá que se dirigían al campo de gas de Karish en Israel a principios de julio fueron derribados por las fuerzas de las FDI. Además, Nasrallah dijo a principios de este mes que “cualquier brazo” que intentara robar en Líbano “sería cortado”.
Como parte de una serie de conversaciones de alto nivel que mantuvo en todo el mundo árabe, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, se reunió con el jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Beirut en junio.
Seis meses antes, en marzo de 2020, ambos discutieron la necesidad de estabilizar el “eje de oposición” contra Israel, lo que condujo a los acuerdos de normalización firmados en septiembre de 2020 por Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin.
Sin embargo, la coordinación entre ambas organizaciones ha sido, en el mejor de los casos, irregular, y ha habido ocasiones en las que se han enfrentado entre sí.
Según un estudio realizado por el Centro de Investigación y Educación Alma, los vínculos entre Hamás e Irán se establecieron poco después de la fundación del grupo en 1987, principalmente debido al apoyo financiero proporcionado por Teherán.
En cambio, Hamás se puso del lado del bando rebelde contra el eje chií de línea dura apoyado por Irán en las primeras etapas de la guerra civil siria en 2011. Según Alma, la tensión resultante entre Hamás y Hezbolá es el resultado de la decisión de Hamás de abandonar el eje chií de línea dura en favor de los Hermanos Musulmanes.
Durante mucho tiempo, Hamás procedió a sus preparativos operativos en el sur del Líbano sin consultar a Hezbolá ni informarle de sus objetivos o intenciones.
En cambio, en 2017, Irán y Hezbolá decidieron dejar de lado sus problemas con Hamás y volver a centrarse en sus objetivos comunes: un frente unido contra Israel.
A raíz de una serie de conversaciones entre los dirigentes de Hamás y Hezbolá en mayo de ese año, celebradas bajo los auspicios de Irán, Teherán prometió aumentar su apoyo a Hamás, y este último ha intensificado desde entonces sus esfuerzos para crear un centro militar en el Líbano.