Los Estados Unidos liberarán al financiero condenado de Hezbolá, Kassim Tajideen, a tres años de su sentencia de cinco años debido a su mala salud y a los riesgos de infección por COVID-19 en la cárcel, según documentos del tribunal.
El 28 de mayo el juez del Tribunal Federal de Distrito de Washington, Reggie Walton, concedió la solicitud de emergencia de Tajideen para su liberación por compasión, pues señaló que su edad y “serias condiciones de salud” lo dejan particularmente vulnerable mientras el coronavirus se propaga por el sistema penitenciario de los Estados Unidos.
Walton rechazó los argumentos del Departamento de Justicia de que Tajideen estaba razonablemente sano para su edad, 64 años, y que la cárcel en la que se encontraba no tenía casos de coronavirus.
Tajideen podría estar de vuelta en Líbano en unas semanas.
Según una solicitud judicial del 11 de junio del Servicio de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos, Tajideem fue liberado de la prisión federal de Cumberland, Maryland, después de dos semanas de cuarentena por coronavirus y trasladado a un centro de detención del condado mientras esperaba su salida.
“En este momento, se ha programado un vuelo chárter a Líbano para julio del 2020 y el Sr. Tajideen está en el manifiesto”, mencionó el ICE en una presentación judicial.
La liberación y deportación de Tajideen ha suscitado especulaciones de que es la respuesta de los Estados Unidos a la liberación en marzo de Amer al-Fakhoury en Líbano, un ciudadano estadounidense naturalizado y antiguo miembro de una milicia pro-Israel que, según se señala, presidió la tortura de miles de detenidos mientras era director de la cárcel.
La liberación de Fakhoury se explicó que fue debido a su sufrimiento de cáncer en fase avanzada y la amenaza que representaba la pandemia del coronavirus.
Pero el abogado estadounidense de Tajideen, William Taylor, rechazó la sugerencia de que fuera un intercambio.
“Esta fue una liberación compasiva directa, se puede ver en los periódicos”, afirmó Taylor en un correo electrónico. “No tuvo nada que ver con Fakhoury”.
Hombre de negocios acaudalado con empresas que se extendían desde Líbano a través de África central y occidental, y hasta Bélgica, Tajideen fue considerado por los Estados Unidos como un “terrorista mundial especialmente designado” en el 2009 por haber proporcionado presuntamente decenas de millones de dólares y otro tipo de apoyo a Hezbolá.
Fue detenido en Marruecos en marzo del 2017 y extraditado a los Estados Unidos, donde se le acusó de violar las sanciones estadounidenses al prestar apoyo financiero a una “organización terrorista designada”.
Su arresto fue visto como un gran golpe por los investigadores de los Estados Unidos, que han intensificado su búsqueda de la red mundial de recursos financieros de Hezbolá.
Se le acusó de múltiples cargos, de violar las normas de sanciones contra el terrorismo de los Estados Unidos, así como de lavado de dinero.
En diciembre del 2018 se declaró culpable de conspiración de lavado de dinero y fue sentenciado a 60 meses de cárcel.
También confiscó 50 millones de dólares que fueron incautados por funcionarios estadounidenses.
Su sentencia incluía el tiempo ya cumplido en la cárcel, y junto con una posible recomendación de “buena conducta”, era elegible para ser liberado en junio del 2021.