Ya sea que haya sido un comandante superior de los comandos navales de Hamás quien desertó hacia Israel, como se informó inicialmente el domingo, o simplemente un oficial subalterno de la unidad, según informes posteriores, sigue siendo un importante golpe de la inteligencia israelí.
Según informes no confirmados, el comandante de Hamás escapó a bordo de una embarcación militar israelí, llevando su computadora portátil, equipo de vigilancia y “documentos clasificados” cuya circulación sería perjudicial para Hamás. Según se informa, había estado cooperando con Israel desde el 2009.
El domingo, el canal de noticias saudí Al Arabiya identificó al presunto desertor como Mohammed Omar Abu Ajwa, quien, según se informa, escapó de Gaza el sábado acompañado de su hermano.
Citando el Ministerio del Interior de Hamás y fuentes de los medios de comunicación palestinos, Al Arabiya también informó de que Hamás había detenido a 16 de sus propios miembros, en su mayoría de la rama militar del grupo, las Brigadas Izzadin al-Qassam, acusados de espiar en nombre de Israel.
La división naval es una de las unidades más clasificadas y compartimentadas del ala militar. Según algunas evaluaciones, es la unidad más importante del aparato militar de Hamás.
La organización terrorista invierte mucho en encontrar, reclutar y entrenar a sus miembros. Solo los mejores de estos candidatos son designados para la unidad de comando naval, donde se presume que se someten a un intenso y agotador entrenamiento en tierra y mar.
Hamás comenzó a formar la unidad naval hace aproximadamente una década, al concluir la Operación Plomo Fundido de las FDI en Gaza. Aunque la organización siempre ha tratado de llevar a cabo ataques terroristas por mar, las Brigadas Izzadin al-Qassam se dieron cuenta de que una fuerza naval de élite, altamente entrenada y bien armada contribuiría en gran medida a sus esfuerzos de disuasión contra Israel.
Esa unidad también podría ayudar a introducir armas de contrabando en Gaza a través del mar.
La decisión estratégica de Hamás de crear y luego invertir considerables recursos financieros en la unidad se demostró varios años después, en el 2014, durante la Operación Borde Protector de las FDI en Gaza. En medio de esa guerra, terroristas palestinos armados penetraron en las defensas marítimas de Israel, emergiendo sin ser detectados en la playa de Zikim con el objetivo de perpetrar un ataque con víctimas masivas. Los observadores de las FDI detectaron a la fuerza de Hamás, que fue eliminada tratando de evadir el fuego de las FDI. Sin embargo, en el subsiguiente informe de inteligencia se hizo evidente que la unidad había hecho importantes progresos en cuanto a su capacidad operativa.
Cabe señalar también que los miembros de la unidad de comandos navales de Hamás ganan un salario inicial con el que la mayoría de los habitantes de Gaza solo pueden soñar: unos 400-500 dólares al mes, lo que es casi cinco veces el salario medio en Gaza. Gran parte de la formación de la unidad está orientada a atacar la infraestructura estratégica israelí en el mar, junto con los buques militares y civiles.
A los miembros de la unidad también se les ha encomendado la tarea de desarrollar la vasta red de túneles subterráneos para el terrorismo en Gaza pertenecientes a Hamás y otros grupos terroristas armados. Estos esfuerzos salieron a la luz en octubre del 2017, cuando se derrumbó un túnel perteneciente a la Jihad Islámica Palestina. Catorce terroristas fueron enterrados vivos, entre ellos comandos navales de Hamás.
El grupo islamista ha prometido “medidas radicales” contra los palestinos que “colaboraron” con Israel.
En los últimos años, Hamás ha ejecutado a docenas de personas acusadas de colaborar con Israel, normalmente sin ningún proceso judicial.