Hezbolá, el grupo terrorista respaldado por Irán, ha sido severamente debilitado militarmente por Israel, pero según inteligencia estadounidense, ya está intentando rearmarse y reclutar combatientes. Fuentes anónimas informaron a Reuters que Hezbolá representa una amenaza a largo plazo para Estados Unidos y sus aliados, pese a su reducción de capacidades tras la guerra.
Las agencias de inteligencia estiman que el grupo ha perdido más de la mitad de sus arsenales y miles de combatientes, alcanzando su punto más bajo en décadas. Sin embargo, Hezbolá aún posee miles de misiles de corto alcance en el Líbano y podría utilizar fábricas en países vecinos para rearmarse. El acceso a rutas de contrabando en Siria sigue siendo clave para sus operaciones logísticas.
A pesar del alto el fuego alcanzado con Israel, que prohíbe a Hezbolá adquirir nuevas armas, las fuentes indican que el grupo ya comenzó a reorganizarse. Funcionarios estadounidenses buscan presionar a Siria para limitar estas actividades, discutiendo incluso el levantamiento de sanciones a Bashar al Assad si corta los vínculos logísticos con Hezbolá.
Mientras tanto, los líderes del grupo han evitado mencionar su capacidad militar, centrándose en la reconstrucción de áreas devastadas en el sur del Líbano y Beirut tras los ataques israelíes. Pese a los daños sufridos, Hezbolá mantiene su retórica como fuerza de “resistencia” frente a Israel.