El lunes, Hezbolá informó que Naim Qassem, hasta ahora adjunto principal, asumirá como nuevo secretario general, en reemplazo del muerto líder Hassan Nasrallah, quien dirigía el grupo terrorista libanés con el apoyo de Irán.
Qassem, quien ha sido cercano colaborador de Nasrallah por muchos años, ha ocupado el liderazgo interino del grupo terrorista desde que Nasrallah fue asesinado en un ataque israelí en Beirut el mes pasado.
Antes de que se confirmara a Qassem en el puesto, Hashem Safieddine, quien se perfilaba como el sucesor de Nasrallah, murió durante un bombardeo israelí en Beirut a inicios de este mes. Aunque no había sido oficialmente nombrado como secretario general, se le consideraba el principal candidato.
La noticia de su muerte se confirmó luego de varios ataques en un complejo de Hezbolá en el sur de Beirut a comienzos de octubre, y su fallecimiento se hizo público oficialmente la semana pasada.
Qassem, el nuevo secretario general de Hezbolá, nació en 1953 en el sur del Líbano. Se desempeñó como clérigo y educador dentro de la comunidad chiíta hasta finales de la década de 1970, cuando se unió a Amal, un partido político y grupo terrorista que jugó un papel importante en la guerra civil libanesa.
En 1982, tras una escisión dentro de Amal, varios de sus miembros fundaron Hezbolá, y Qassem decidió unirse al nuevo grupo. En 1991, fue nombrado líder adjunto bajo el liderazgo de Abbas al-Musawi, fundador de Hezbolá, quien fue asesinado por un ataque israelí en helicóptero en 1992.
Después de la muerte de al-Musawi, Hassan Nasrallah asumió la dirección del grupo, y Qassem continuó como su segundo al mando hasta el reciente fallecimiento de Nasrallah.
Naim Qassem: nuevo líder “falto de carisma”
Naim Qassem, quien durante años ha sido una de las voces más destacadas de Hezbolá, es percibido por muchos en el Líbano como falto del carisma y la seriedad que caracterizaban a Hassan Nasrallah.
Tras el asesinato de Nasrallah, Qassem ha ofrecido tres discursos televisados. En uno de ellos, el 30 de septiembre, pocos días después dla muerte de Nasrallah, se le observó sudando abundantemente mientras leía sus declaraciones preparadas.
“A pesar de la pérdida de nuestros comandantes, los ataques contra civiles en todo el Líbano y los grandes sacrificios realizados, no cejaremos en nuestra posición”, afirmó Qassem en ese discurso desde un lugar no divulgado en Beirut. “Continuaremos apoyando a Gaza y defendiendo al Líbano”.
Según un informe de Erem News, con sede en los Emiratos Árabes Unidos, tras las muertes de Nasrallah y Safieddine, Qassem abandonó el Líbano en un avión iraní a principios de octubre y actualmente reside en Teherán.
Israel advierte sobre el futuro de Qassem
Tras el nombramiento de Naim Qassem como nuevo líder de Hezbolá, la cuenta oficial del gobierno israelí en X, en su versión en árabe, emitió un mensaje contundente: “Su tiempo en este puesto podría ser el más breve en la historia de esta organización terrorista si sigue los pasos de sus antecesores Hassan Nasrallah y Hashem Safieddine”. El comunicado también subrayaba que “no hay solución en el Líbano aparte de desmantelar esta organización como fuerza militar”.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, se sumó a las reacciones en X, publicando: “Nombramiento temporal. No por mucho tiempo”, acompañado de una imagen de Qassem. Gallant añadió: “La cuenta regresiva ha comenzado”.
Desde el 8 de octubre del año pasado, Hezbolá ha lanzado ataques casi diarios contra comunidades israelíes y puestos militares a lo largo de la frontera, utilizando más de 12.600 misiles y drones dirigidos hacia Israel, según informes proporcionados por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Unos 60.000 ciudadanos israelíes fueron evacuados de las áreas cercanas a la frontera norte con el Líbano, poco después del ataque de Hamás el 7 de octubre, debido al temor de que Hezbolá planeara una ofensiva similar.
Los ataques en el norte de Israel desde octubre de 2023 han causado la muerte de 32 civiles. Además, 60 soldados y reservistas de las FDI han perdido la vida durante las escaramuzas en la frontera y la operación terrestre lanzada en el sur del Líbano a finales de septiembre.
Las FDI calculan que más de 2.000 combatientes de Hezbolá han muerto en la guerra, además de unas 100 bajas de otros grupos terroristas en el Líbano, junto con la muerte de cientos de civiles en el país.