Mohammad Hamada, portavoz de Hamás en Jerusalén, afirmó que la “ocupación israelí” pagará el precio de su “agresión” y “su flagrante violación del derecho de los musulmanes a rezar en la mezquita de Al Aqsa”.
En una declaración a los medios de comunicación, Hamada afirmó que las acciones de la “ocupación” contra los fieles de Al Aqsa, incluidos los “crueles ataques contra ellos” mientras se arrodillaban para rezar, demuestran que se trata de una guerra emprendida por los “sionistas” contra los residentes musulmanes de Jerusalén y contra la libertad de religión.
Según él, Israel está ampliando su guerra desde el intento de “expulsar” a los residentes del barrio de Sheikh Jarrah de Jerusalén de sus hogares, hasta impedir que se celebren las oraciones en la mezquita de Al Aqsa.
“Enviamos nuestras bendiciones a los jóvenes revolucionarios que protegen la mezquita de Al Aqsa y Jerusalén, y hacemos un llamamiento a nuestra nación palestina para que se una al apoyo de Al Aqsa y detenga la cruel agresión contra ella”, concluyó Hamada.
El viernes por la tarde, unos 75.000 musulmanes asistieron a las oraciones en la mezquita de Al Aqsa, en el Monte del Templo. En los disturbios que estallaron después, 17 policías resultaron heridos.