Los fiscales tienen previsto acusar el jueves a un residente de Ramala que intentó apuñalar a un agente de policía israelí a principios de este mes, días después de agredir e intentar matar a su esposa.
Según la policía, el hombre palestino de unos 40 años se dirigió a un puesto de control militar junto a Givat Ze’ev, al norte de Jerusalén, el 1 de diciembre. Mientras los agentes de la Policía de Fronteras revisaban su auto, se bajó y avanzó hacia los agentes mientras “rebuscaba en su abrigo de forma sospechosa”, dijo la policía.
El sospechoso, que no fue nombrado por la policía, alcanzó a los agentes mientras agitaba un cuchillo en la mano, pero después de que éstos sacaran sus armas contra él, el hombre tiró el cuchillo a un lado y fue detenido.
Durante la investigación del incidente, la policía descubrió que días antes de que el sospechoso intentara llevar a cabo el ataque con arma blanca, había agredido violentamente a su mujer.
Según la policía, testigos presenciales afirman que el hombre intentó sin éxito ahogar a su mujer mientras visitaban el Mar Muerto.
Luego, cuando regresaban a Ramala, le arrojó ácido a la cara mientras conducían. Ella consiguió escapar y lavarse la cara con el agua que le proporcionó un transeúnte, según la policía.
Está previsto que la acusación contra el hombre por los cargos relacionados con ambos incidentes se presente el jueves en un tribunal militar.
Numerosas investigaciones, entre ellas las realizadas por expertos del Reino Unido y de las Naciones Unidas, han descubierto que las personas susceptibles de ser radicalizadas tienen un alto índice de probabilidad de estar relacionadas con el maltrato doméstico, ya sea como autores, testigos o víctimas. La violencia doméstica es uno de los delitos menos denunciados, lo que significa que las tasas reales son probablemente más altas.