El árabe de la Autoridad Palestina (AP) que apuñaló el viernes a un oficial de la Policía Fronteriza cerca de la ciudad de Ramallah había estado fingiendo ser periodista en los momentos previos al ataque, lo que le permitió acercarse a las tropas israelíes sin ser notado.
«El terrorista usó los medios como cubierta para prepararse para el ataque y corrió hacia los oficiales donde estaba reunida la prensa», dijo un portavoz de la policía.
En el ataque, Mohammed Aqal, de 29 años, quien portaba lo que parecía ser un cinturón explosivo, apuñaló al guardia fronterizo dos veces en la parte superior del cuerpo, hiriéndolo moderadamente.
Aqal luego trató de huir, pero recibió disparos en tres ocasiones de oficiales en la escena después de que notaron su aparente cinturón de explosivos, por temor a que lo detonara, dijo la policía. El cinturón estaba compuesto por varios objetos cubiertos con cinta, conectados con cables. Más tarde se descubrió que no contenía explosivos reales.
Después de que le dispararon, Aqal fue sacado de la escena por médicos de la AP, mientras aún vestía el aparente chaleco bomba suicida. Más tarde fue declarado muerto.
En un comunicado, la policía advirtió que los terroristas que se hacen pasar por miembros de la prensa representan una amenaza para los periodistas reales, pero dijo que no habrá cambios inmediatos al acceso de la prensa a las protestas en Judea y Samaria.
«La Policía de Israel y la Policía Fronteriza continuarán operando en todas las áreas y al mismo tiempo continuarán permitiendo que los medios extranjeros cubran los eventos, a pesar de la amenaza que causan los terroristas de la Autoridad Palestina», dijo la policía.
La declaración de la policía señaló que esta no era la primera vez que un atacante pretendía ser un periodista para llevar a cabo un ataque.
En octubre de 2015, un árabe de la Autoridad Palestina vestido con un chaleco amarillo y una camiseta negra con la palabra «PRENSA» apuñaló a un soldado de las FDI en la ciudad de Hebrón, hiriéndolo moderadamente.
Después de las oraciones del mediodía, los musulmanes llenaron con violencia las calles en Belén, Hebrón, Qalqilya y Shjem. Los musulmanes quemaron neumáticos y arrojaron piedras a las tropas israelíes, que les dispararon con gases lacrimógenos y balas de goma.