Según un informe, los jihadistas islámicos radicales constituyen el 82% de los presos encarcelados por delitos de terrorismo en diez países de Europa, con más terroristas en prisión que en cualquier otro momento de los últimos veinte años.
El Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICSR), un centro de estudios del King’s College de Londres, determinó que la abrumadora mayoría de 1.405 terroristas encarcelados en Europa eran islamistas radicales. El país con la mayor cantidad de terroristas encarcelados es Francia, que tiene 549 reclusos, en comparación con 329 en España, 292 en Alemania, 238 en Gran Bretaña y 136 en Bélgica.
El informe advirtió, sin embargo, que si se tienen en cuenta los prisioneros que están siendo “monitoreados por su radicalización” el número salta a 3.027. El CIRS observó que la mayoría de los vigilados, el 54%, entraron en el sistema penitenciario como “delincuentes comunes” y se radicalizaron dentro del sistema.
“Para algunos terroristas, la prisión era un lugar de radicalización y reclutamiento, en el que los reclusos sin participación previa en actos de violencia por motivos políticos podían estar expuestos a ideas extremistas, a menudo en momentos especialmente vulnerables de sus vidas”, decía el informe.
“La prisión también servía para fines operacionales: era un lugar en el que los terroristas formaban redes, establecían jerarquías, desarrollaban estrategias y tramaban atentados. Por lo tanto, es curioso que los investigadores y los encargados de la formulación de políticas que se ocupan de la radicalización y la lucha contra la radicalización hayan mostrado comparativamente poco interés en la cuestión de las prisiones”, añadió el ICSR.
El grupo de reflexión dijo que las cifras representaban el mayor número de terroristas encarcelados en Europa en los últimos veinte años, y que los países experimentaban un rápido crecimiento en el número de delitos terroristas.
La población reclusa de Francia, por ejemplo, aumentó en más de un quinientos por ciento desde 2014, cuando el país solo tenía 90 terroristas jihadistas encarcelados. En el mismo período, la población de delincuentes terroristas de Gran Bretaña se duplicó.
En comparación con el 82% de los delincuentes jihadistas en el sistema penitenciario, en el informe se determinó que solo el 7% de los delincuentes terroristas se consideraban de “extrema derecha”.
En el informe también se destacaba el problema de los “repatriados” de los combatientes del ISIS que regresaban a Europa después de haber luchado en Siria e Irak: “Mientras que muchos retornados en toda Europa están desilusionados y decepcionados ya sea con el Estado Islámico como organización o con el movimiento jihadista en general, se dice que la policía religiosa del Estado Islámico ha continuado su ‘trabajo’ dentro de los muros de la prisión”.
También existe un problema creciente de mujeres jihadistas, ya que muchas de las llamadas novias de ISIS regresan a Europa después de unirse al Estado Islámico, como en el caso de Shamima Begum, a quien a principios de este mes un tribunal le concedió la posibilidad de regresar al Reino Unido para apelar la decisión del gobierno de revocarle la ciudadanía.
“Mientras que hace una década era casi inaudito que las mujeres fueran protagonistas de la escena jihadista -y los implicados eran vistos generalmente como ‘víctimas’ de las voluntades de sus maridos radicales- en los últimos años Europa ha sido testigo de propagandistas femeninas, reclutadoras, viajeras al territorio del Estado Islámico y planificadoras de atentados”, dijo el ICSR.
“Este cambio fue anunciado con el complot de la bomba de Notre-Dame de 2016 en París, en el que una célula de tres mujeres intentó hacer estallar un automóvil, lleno de bidones de gas, cerca de la catedral. Su intento fracasó y las mujeres fueron arrestadas y condenadas por el ataque. Otros tres complots de mujeres en el Reino Unido subrayaron aún más el potencial de las mujeres para participar en el extremismo violento”, señala el informe.