Infantes de marina de la Compañía Fox, 2.º Batallón, 6.º Regimiento de Infantería de Marina ejecutaron una operación de abordaje aéreo durante el ejercicio multinacional Alianza Atlántica 2025, que se llevó a cabo a lo largo de la costa este de Estados Unidos. La maniobra consistió en el despliegue de un helicóptero NH90 de la Marina Real de los Países Bajos desde el buque anfibio HNLMS Johan de Witt hasta la cubierta del USS New York, con el propósito de evaluar la interoperabilidad entre fuerzas aliadas.
Durante la jornada del 6 de julio de 2025, personal del 2.º Batallón, 2.ª División de Infantería de Marina de EE. UU. abordó un helicóptero NH90 en el muelle del HNLMS Johan de Witt, de la clase Róterdam. La operación aérea concluyó con éxito en el USS New York, un buque de la clase San Antonio, y formó parte de las actividades previstas dentro del ejercicio Atlantic Alliance 2025, cuyo eje se centró en misiones conjuntas de proyección anfibia.
El HNLMS Johan de Witt, plataforma de desembarco de clase Rotterdam, fue diseñado para ejecutar operaciones anfibias mediante el transporte coordinado de personal, vehículos y equipo desde el mar hacia tierra. Su cubierta de vuelo tiene capacidad para operar múltiples helicópteros y cuenta con sistemas avanzados de mando y control para coordinar fuerzas conjuntas. En el AA25, el buque holandés funcionó como base de comando para maniobras aéreas y marítimas aliadas, con integración táctica de unidades de diferentes países.
#AtlanticAlliance25 is afgelopen. Een grote amfibische oefening voor het @korpsmariniers, NH90-vliegers en bemanning van de Johan de Witt. Door complexe amfibische- en vliegoperaties succesvol uit te voeren met 🇺🇸🇨🇦🇬🇧, hebben we getoond wat NAVO-interoperabiliteit betekent. BZ! pic.twitter.com/zS1BBtLExS
— René Tas (@admiraalTas) July 11, 2025
Por su parte, el USS New York proyecta unidades de infantería mediante helicópteros, vehículos anfibios y lanchas de desembarco. Está equipado con sistemas de comunicación de última generación, una cubierta de pozos para conectores de superficie y capacidad aérea ampliada. En el contexto del ejercicio, sirvió como plataforma receptora de medios aliados y facilitó la coordinación entre componentes rotatorios y de superficie. Cumplió funciones clave en la proyección expedicionaria de las fuerzas participantes.
El ejercicio Alianza Atlántica 2025 incorpora a más de 25 unidades navales y terrestres de Estados Unidos, Reino Unido y Países Bajos, con el objetivo de consolidar la cooperación táctica entre naciones aliadas. Las maniobras se desarrollan desde Carolina del Norte hasta Maine e incluyen prácticas de desembarco, reconocimiento, tránsito naval y simulación de combate marítimo. Estas acciones buscan mejorar la sincronización entre fuerzas litorales y marítimas de la OTAN.
Las operaciones anfibias permiten que las fuerzas establezcan presencia en áreas donde el acceso portuario resulta limitado o se encuentra bajo disputa. En regiones sensibles como el mar Báltico, el Mediterráneo oriental o el Indo-Pacífico, estas capacidades son esenciales para ejecutar intervenciones ante emergencias humanitarias o acciones especiales. La combinación del despliegue desde el mar, la aviación embarcada y la movilidad de infantería ofrece una herramienta versátil para responder a escenarios exigentes.
Ejercicios como la Alianza Atlántica 2025 validan estas capacidades dentro de entornos realistas. Sirven como plataformas para poner a prueba tecnologías emergentes, depurar procedimientos de mando conjunto y reforzar la interoperabilidad de la fuerza. En un entorno geopolítico caracterizado por amenazas de acceso denegado, el mantenimiento de una capacidad anfibia escalable y ágil fortalece la disuasión y mejora la capacidad de respuesta de la OTAN ante contingencias regionales o amenazas híbridas.
La integración entre medios navales, aéreos y terrestres en escenarios combinados permite que las fuerzas participantes preparen respuestas ante desafíos operacionales complejos. El entrenamiento multinacional sistemático incrementa la capacidad de reacción conjunta frente a crisis, ya sea mediante acciones armadas, evacuaciones de civiles o despliegues humanitarios en costas hostiles. Estas competencias exigen ejercicios regulares con altos estándares de realismo.
La participación conjunta de unidades con doctrinas, estructuras y tecnologías diferentes obliga a armonizar procedimientos mediante entrenamiento constante. La guerra anfibia, por su naturaleza, requiere una coordinación precisa entre dominios. La Alianza Atlántica 2025 satisface ese objetivo al establecer entornos de práctica que fortalecen la integración operacional de las fuerzas aliadas. La OTAN conserva así una capacidad efectiva y comprobada para intervenir con rapidez en cualquier teatro marítimo global.