Una escultura antisemita de Judensau en la iglesia de Wittenberg, que ha permanecido en la fachada durante más de 700 años, se encuentra en el centro de un debate en Alemania, y plantea una cuestión sensible en las relaciones germano-israelíes.
La Petición de Retirada y su Rechazo Continuado
La escultura, conocida como Judensau (cerda judía), ha sido objeto de múltiples intentos de retirada. Recientemente, el comisario del gobierno alemán para la Vida Judía y la Lucha contra el Antisemitismo, Felix Klein, ha solicitado su retirada, describiendo la estatua como un símbolo de hostilidad hacia los judíos.
La Stadtkirche Judensau es una representación que muestra a un cerdo con judíos bebiendo leche de sus pezones. Ha sido considerada como una barrera en las relaciones germano-israelíes, en especial en el contexto de que Wittenberg está siendo considerada como sede de una nueva organización juvenil israelí alemana.
Los tribunales alemanes han rechazado las demandas para derribar la estatua, y la Academia Evangélica de Sajonia-Anhalt, en Wittenberg, ha luchado contra cualquier intento de este tipo. Según el director de la organización, Christoph Maier, estos esfuerzos han entorpecido aún más las negociaciones bilaterales entre los dos gobiernos.
La Presencia de la Escultura y su Impacto en las Negociaciones
La Stadtkirche tiene un profundo significado en el corazón del protestantismo, habiendo sido sede de los primeros cultos protestantes. El mantener la escultura podría tener consecuencias en el avance de las relaciones germano-israelíes, especialmente en la cooperación en áreas como la preservación de la memoria del Holocausto y asuntos de interés común como el cambio climático y las energías renovables.
Además, la iglesia tiene conexiones con Martín Lutero, un personaje histórico manchado por el antisemitismo. Lutero, conocido por sus ideas negativas hacia los judíos, refuerza la complejidad de la situación y la necesidad de un tratamiento cuidadoso y equilibrado en el manejo de este tema sensible.
La ciudad de Wittenberg, mientras tanto, enfrenta el desafío de equilibrar la preservación de su patrimonio histórico con la promoción de una relación amistosa con la comunidad judía y el Estado de Israel.