La empresa australiana de subastas de antigüedades “JB Military Antiques” ha sido objeto de fuertes críticas -una vez más- por subastar objetos pertenecientes al ejército de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
La empresa de subastas, que ya fue criticada en el pasado por organizar una subasta de recuerdos nazis, tiene previsto vender 635 artículos en su subasta del 20 de noviembre, entre los que se incluyen armas de fuego nazis, uniformes e incluso un casco de la Luftwaffe que ya tiene una puja máxima de 17.500 dólares australianos (11.330 dólares).
“Si Hitler viviera hoy, estaría aplaudiendo a JB Military Antiques por celebrar la maquinaria de muerte de su régimen”, dijo el presidente de la Comisión Antidifamación de Australia, Dvir Abramovich, en un comunicado sobre la venta.
Abramovich también se opuso a la subasta de 2021 de JB Military, en la que se vendieron artículos personales que pertenecieron a Adolf Hitler, como su vajilla personal, tazas, un enfriador de vino, un cepillo de metal para el pelo, un espejo de mano y cubiertos.
Abramovich advierte de la posibilidad de que los neonazis utilicen objetos de recuerdo
“Estos objetos malditos y manchados de sangre, que podrían haber sido utilizados para matar a judíos y a otras personas, pueden acabar en manos de los solucionistas finales, que los exhibirán con orgullo en sus casas y los utilizarán para reclutar nuevos miembros para su retorcida causa”, dijo.
“Deberíamos pensar en la angustia que deben sentir los supervivientes del Holocausto en estos momentos. Y si los propietarios de este negocio se tomaran el tiempo de pensar en los 1,5 millones de niños asesinados por el Tercer Reich y en las madres que agarraban a sus bebés mientras los empujaban a las cámaras de gas, tal vez reflexionarían sobre el tráfico de estos instrumentos de muerte y dejarían de hacer el juego a los fanáticos acérrimos que tienen apetito por estos símbolos monstruosos”, advirtió Abramovich.
“El Holocausto ha terminado, pero la peligrosa ideología que alimentó el exterminio de millones de personas perdura en la Australia de hoy”, dijo. “Esta subasta profana la memoria de las víctimas y hace trizas los valores australianos de la democracia, y estas herramientas del diablo no deberían venderse al mejor postor”, dijo.
“Hay que poner fin a este espantoso comercio, e instamos a todos los gobiernos estatales, así como al gobierno federal, a que acaben inmediatamente con esta macabra práctica penalizando la venta de estos objetos de recuerdo y prohibiendo su importación”.