Joyas de oro de 1.800 años de antigüedad fueron halladas en una cueva funeraria de Jerusalén y se cree que fueron utilizadas como amuletos protectores contra el mal de ojo.
Aunque el hallazgo tuvo lugar hace 50 años, permanecieron en un cajón de la Autoridad de Antigüedades de Israel, y ahora será exhibido por primera vez.
El descubrimiento tuvo lugar en una cueva funeraria de Jerusalén y se cree que fueron usadas como amuletos protectores contra el mal de ojo, especialmente un colgante en forma de “luna creciente” conocido como lúnula.
Descubrimiento de las joyas y contexto histórico
Estos objetos, datados hace unos 1.800 años, fueron hallados en una cueva funeraria de Jerusalén que había sido destruida por una excavadora en 1971. Entre los tesoros se encuentran pendientes de oro, cuentas de oro, piedra cornalina y vidrio, y un colgante de oro en forma de lúnula, símbolo de la diosa lunar romana Luna.
El investigador Yael Adler del Departamento de Antigüedades de Israel analizó los restos del enterramiento en su momento, pero falleció antes de que los hallazgos se publicaran, dejando los objetos olvidados en el IAA hasta ahora.
El proyecto IAA para redescubrir tesoros del pasado
La Dra. Ayelet Dayan, del IAA, lidera un proyecto para dar a conocer hallazgos del pasado que nunca se habían publicado. En colaboración con Ayelet Gruber y el Dr. Yuval Baruch, Dayan investigó los objetos redescubiertos y los contextualizó con otros hallazgos arqueológicos.
Las excavaciones arqueológicas en Tierra Santa se remontan a más de 150 años, y desde 1948 se han realizado más de 9.000 excavaciones, muchas de las cuales no han sido publicadas.
La lúnula: un amuleto para proteger del mal
El colgante de oro en forma de lúnula es especialmente intrigante, ya que se creía que invocaba los poderes de la diosa Luna para proteger al portador del mal en la otra vida. Normalmente, las niñas o mujeres jóvenes llevaban la lúnula, mientras que los niños usaban un amuleto equivalente llamado bulla.
El hallazgo del colgante en la tumba sugiere que el enterramiento era de una mujer joven de la época tardorromana. La adoración a la luna como deidad se remonta a los primeros tiempos de la civilización, con evidencias de culto a la luna en hallazgos arqueológicos y en topónimos, como Jericó y Beit Yerah.
Jerusalén en la época romana y el estatus social de la joven
Después de la victoria romana sobre los rebeldes judíos de Palestina, Jerusalén fue reconstruida como Aelia Capitolina y su población se romanizó.
Gentes de todo el imperio se asentaron en la ciudad. El entierro en un ataúd de plomo con valiosas joyas de oro indica que la joven de la cueva funeraria era de alto estatus social.
Reflexión sobre el entierro y la necesidad humana de protección
El entierro con ajuar funerario es un fenómeno común en la humanidad a lo largo de miles de años. La inhumación de las joyas junto a la joven provoca una reflexión emocional sobre el deseo de sus seres queridos de protegerla en la vida después de la muerte.
Eli Escusido, directora del IAA, comenta que esta situación humana trasciende culturas y épocas, ya que todos pueden identificarse con la necesidad de proteger a la descendencia.