Arqueología

En las excavaciones, se identificaron signos de intenso calor en esqueletos y cerámica, “lo que podría sugerir la colisión de un asteroide”.

La frase en griego koiné señala: “Jesucristo, guárdame, pues soy pobre y necesitado. Guarda mi vida, pues te soy fiel”.

Localizada cerca del kibutz Ramat Rachel, esta cueva revela una historia intrigante: los restos de una mujer, probablemente una hetaira del periodo helenístico.

El descubrimiento inicial de 60 tumbas, que posteriormente aumentó a 135, representa un avance trascendental en la comprensión histórica y antropológica de la región.

Los hallazgos anteriores en la zona del Segundo Templo han revelado una variedad de herramientas de piedra, incluidas tazas, cuencos y bandejas.

Estos hallazgos resaltan que, en el periodo otomano temprano, existía una dependencia paralela a hechiceros locales.

Dicha locación es fundamental en las escrituras cristianas; según el Nuevo Testamento, es el emplazamiento donde Jesús realizó la curación de un hombre ciego.

El estudio sostiene que, a medida que los animales disminuían en tamaño, las herramientas de piedra se adaptaron, reflejando un cambio en las técnicas de caza y evidenciando un desarrollo cognitivo paralelo en los humanos.

El mencionado acueducto, que se extiende a lo largo de 15 kilómetros, es una obra otomana de 1814.

Se estima que hay alrededor de 50 cuevas listas para excavaciones futuras con tres años de financiación proyectada.