El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, el miércoles continuó criticando la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, advirtiendo que las acciones tomadas sobre la Ciudad podrían desencadenar una guerra futura, mientras también habló de un camino “pacífico”.
“Jerusalén es la puerta de la paz y la guerra: Trump debe elegir”, dijo Abbas, que asistió a una conferencia en la Universidad Al Azhar en El Cairo sobre “el apoyo global a Jerusalén”.
Al tiempo que advirtió sobre la guerra, el líder de la Autoridad Palestina de 82 años también reiteró en varias ocasiones que la única manera de que los palestinos se oponen a las políticas estadounidenses e israelíes implica medios pacíficos.
“Una resistencia popular y pacífica es el camino que tendrá éxito y que continuaremos”, dijo Abbas. Vale recordar en este punto que anteriormente Abbas ha llamado al asesinato de Israelíes, “parte de una campaña pacífica”.
En contraste con un discurso que Abbas dio el domingo en Ramallah, en el que atacó amargamente al presidente estadounidense y a otros funcionarios estadounidenses, y emitió una serie de ataques contra Israel, afirmando que el Estado Judío era un “proyecto colonial que no tiene nada que ver con el judaísmo”, el líder de la Autoridad Palestina en El Cairo estaba un poco más sobrio y medido.
“Cada vez que llega una nueva administración estadounidense, maldice a su predecesor. ¿Cómo podemos confiar en que este gran país actúe como árbitro entre nosotros e Israel? No podemos confiar en él y no lo aceptaremos como árbitro”, dijo Abbas.
Después del discurso de Trump del 6 de diciembre reconociendo a Jerusalén como la capital de Israel, Abbas declaró que Estados Unidos ya no podía servir como agente de paz, e instituyó un boicot contra la administración Trump. El presidente de Estados Unidos inicialmente dijo que su decisión se limita a reconocer la realidad de que Jerusalén sirve como capital de Israel y no estaba destinado a prejuzgar las fronteras definitivas de la ciudad, aunque más tarde se dijo que había retirado la Ciudad “fuera de la mesa” de negociación.
“Estamos en medio de grandes desafíos y frente a una importante conspiración dirigida contra Jerusalén”, dijo Abbas a una multitud de musulmanes y clérigos cristianos en al-Azhar.
Instó a los musulmanes y cristianos de todo el mundo a “defender” Jerusalén, y alentó a los miembros de las dos religiones a viajar a Jerusalén, y subrayó que tales visitas no constituían una “normalización” con Israel.
“Necesitamos su apoyo, para que ustedes nos respalden”, dijo Abbas. “Ningún judío honorable aceptaría las violaciones contra Jerusalén”, agregó, al tiempo que señaló que “hay muchos judíos honorables”. El líder de la AP no especificó cuáles fueron estas “violaciones”, pero en el pasado solía decir “violaciones” para referirse a “judaizar Jerusalén”.
Abbas dijo en repetidas ocasiones que Jerusalén era una ciudad para musulmanes y cristianos, sin mencionar a los judíos. Al mismo tiempo, dijo que si los palestinos logran gobernar sobre Jerusalén, sería una ciudad abierta a todas las religiones, especialmente las religiones abrahámicas, incluido el judaísmo.
“Vamos a recurrir a todas las opciones, pero no recurriremos al terrorismo y la violencia”, dijo, demostrando una vez más sus métodos de doble discurso, al mostrarse “pacífico” en sus discursos internacionales. “Tenemos otros medios, incluido el regreso a las masas de nuestra nación para asumir su papel de trabajar por el bien de Jerusalén”.
Abbas destacó como un ejemplo de “resistencia no violenta” las protestas palestinas en Jerusalén en julio pasado sobre las medidas de seguridad que la policía israelí colocó alrededor del Monte del Templo a raíz de un ataque terrorista allí. Sin mencionar que durante las medidas de seguridad se debieron al ataque terrorista en el Monte del Templo en el que dos musulmanes asesinaron a policías israelíes y omitiendo por completo que durante las “protestas”, se atacaron autos de civiles con rocas y que los árabes intentaron quemar vivas a personas judías arrojándoles bombas incendiarias.
También dijo que los palestinos irían a la Corte Penal Internacional “para defender nuestro derecho”.
Abbas elogió las acciones de la joven árabe Ahed Tamimi, de 16 años, quien se convirtió en un ícono después de aparecer en un vídeo golpeando y provocando a soldados israelíes.
“Ella atacó y golpeó a un soldado armado y no tuvo miedo. Ahora ella está en prisión”, dijo Abbas sobre Tamimi.
Durante su discurso, renovó su afirmación de que los palestinos son los descendientes de los antiguos cananeos mencionados en la Biblia.
“Nos hemos quedado aquí y no nos vamos a ir de nuestra tierra”, dijo Abbas.