El jugador Jared Armstrong, tras luchar por su ciudadanía israelí, toma una iniciativa para reforzar la relación entre judíos y negros.
De la cancha a la ciudadanía: la odisea de Armstrong
Jared Armstrong no solo es conocido por su habilidad en la cancha de baloncesto. El año pasado, hizo titulares al esforzarse por obtener la ciudadanía israelí. Criado como judío, completó una conversión conservadora para reforzar su solicitud. Sin embargo, enfrentó múltiples rechazos antes de obtener la residencia temporal en mayo.
Esta lucha tuvo repercusiones en su carrera. El Hapoel Haifa, equipo de la liga de baloncesto israelí, canceló su contrato, ya que no consiguió la nacionalidad a tiempo.
A pesar de los desafíos, Armstrong se concentra en fortalecer la relación entre comunidades judía y negra. Planifica un curso gratuito de baloncesto en Filadelfia y tiene la visión de un campamento de verano para continuar esta labor.
Uniendo comunidades a través del deporte
Armstrong percibe la necesidad de acercar a las comunidades negra y judía, especialmente después de polémicas que involucran figuras públicas como Kanye West y Kyrie Irving. Su iniciativa ya cuenta con 28 inscritos, incluidos atletas de ambas comunidades.
Ve el deporte como herramienta contra el antisemitismo y el racismo. Planea utilizar el baloncesto como medio para formar comunidades, fomentar relaciones y enseñar lecciones valiosas.
Eric Rubin, ejecutivo con experiencia en organizaciones judías, hablará en el evento sobre la importancia de la diversidad y la comunidad. Además, los participantes tendrán la oportunidad de conocer al exjugador de baloncesto, Bilal Benn.
El trasfondo y los desafíos de Armstrong
Creció en Severn, Maryland, y fue criado como judío por su madre, cuya conversión no es reconocida por las principales corrientes judías. Su conversión estuvo a cargo del rabino Michael Beals, conocido por su relación con el presidente Joe Biden.
Beals describió el rechazo a la solicitud de Armstrong como un “insulto al movimiento conservador”. Esta situación se contrastó con la concesión de ciudadanía al futbolista Miguel Vitor, suscitando preguntas sobre desigualdad en el proceso.
Armstrong regresará a Israel para jugar en el Elitzur Ironi Ashkelon, equipo de la Liga Leumit. Describe a Israel como su «segundo hogar» y recalca su amor por el país y su gente.
Superando prejuicios y construyendo puentes
En su experiencia, Armstrong no ha enfrentado racismo directo en Israel. Sin embargo, ha notado cierta ignorancia sobre su identidad judía basada en su color de piel.
Para Armstrong, existe una falta de información tanto en Israel como en EE. UU., y espera contribuir a cambiar esa percepción. Mantiene una estrecha relación con el rabino Beals, quien destaca su persistencia y visión.
Beals elogió a Armstrong por su compromiso y dedicación, considerándolo un modelo a seguir para muchos.