El Canciller alemán, Olaf Scholz, expresó su preocupación por las repercusiones negativas que tendría un asalto israelí a Rafah, en la Franja de Gaza, sobre las perspectivas de paz en la región.
Estas declaraciones se produjeron tras su reunión con el rey Abdullah de Jordania y antes de sus conversaciones con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Scholz subrayó la importancia de alcanzar un alto el fuego duradero para evitar una ofensiva terrestre, que según él complicaría considerablemente los esfuerzos de paz. Esta preocupación se produce tras el anuncio de Netanyahu de la aprobación de una ofensiva planeada sobre Rafah, ciudad que Israel considera un bastión de Hamás y donde se presume que están escondidos algunos rehenes y dirigentes del grupo.
Durante las conversaciones en Aqaba, Scholz hizo hincapié en el derecho de Israel a protegerse, pero señaló la necesidad de evitar amenazas directas contra los civiles de Gaza, especialmente los que se han trasladado a Rafah.
La situación en Gaza, agravada por la guerra y el ataque de Hamás del 7 de octubre, ha desplazado a la mayoría de los 2,3 millones de habitantes del enclave, provocando una crisis humanitaria con escasez de alimentos, agua y medicinas.
Aunque Scholz no respondió directamente sobre la posible reacción de Alemania ante una ofensiva a gran escala en Rafah, como restringir las exportaciones de armas a Israel, reiteró el compromiso de Alemania de apoyar a Israel, basado también en la responsabilidad histórica de Alemania tras el Holocausto.
Alemania sigue siendo uno de los aliados más firmes de Israel, alineándose con Estados Unidos en la defensa del derecho de Israel a protegerse.