Las importaciones chinas de crudo procedente de Malasia se dispararon en diciembre hasta alcanzar la cifra récord de 1,3 millones de barriles diarios (bpd), lo que sitúa a Malasia -cuya producción diaria de crudo es tres veces inferior- en el tercer puesto entre los mayores proveedores de crudo de China, sólo por detrás de Arabia Saudí y Rusia.
Las importaciones chinas de crudo procedentes de Malasia superaron el mes pasado los volúmenes de las compras de crudo a pesos pesados de la OPEP como Irak y Emiratos Árabes Unidos (EAU), según datos de la Administración General de Aduanas de China citados por Bloomberg.
El volumen de las importaciones chinas de crudo de Malasia triplicó la producción media diaria del productor del sudeste asiático entre enero y septiembre de 2022.
Esto ha llevado a muchos analistas a especular con la posibilidad de que gran parte del crudo procedente de Malasia -un conocido centro de transferencias de barco a barco (STS, por sus siglas en inglés)- procediera en realidad de productores sometidos a sanciones como Irán, Venezuela o Rusia.
Por lo general, las refinerías chinas independientes no se inmutan ante el petróleo sancionado, ya que su prioridad es comprar crudo a bajo precio y obtener buenos beneficios refinándolo.
China sigue comprando crudo iraní y venezolano, a menudo enmascarado como crudo procedente de Malasia u Omán, según han constatado diversos análisis e informes de investigación en los últimos años
Venezuela utiliza documentos falsos y petroleros vinculados a Irán y es conocida por haber transportado en el pasado crudo iraní sancionado, según demostró una reciente investigación de Reuters. Según la investigación, Venezuela vende petróleo a refinerías chinas haciéndolo pasar por crudo malasio en los documentos.
El año pasado, los datos de las aduanas chinas mostraron en ocasiones tantas importaciones procedentes de Malasia que analistas y observadores creen que China sigue importando petróleo sancionado que se hace pasar por procedente de Omán o Malasia.
Mientras tanto, Arabia Saudita volvió a ser el mayor proveedor de petróleo de China en 2022, a pesar del aumento de las compras chinas de crudo a Rusia, que se mantuvo en segundo lugar en la lista de principales proveedores del mayor importador de crudo del mundo.