El precio de los combustibles destilados ha aumentado de manera alarmante en las últimas semanas, superando el ritmo de las referencias de crudo. El alza se ha dado en medio de una desaceleración inflacionaria en las principales economías globales, lo que ha generado preocupaciones en los mercados energéticos.
Factores detrás del aumento en los precios de los combustibles
El costo de los productos derivados ha influido directamente en la evolución de los precios de los destilados. Los precios del crudo Brent, que cotizaban entre 71 y 79 dólares desde finales de abril hasta principios de julio, rompieron este rango y han estado al alza desde la última semana de junio, llegando a alcanzar los 85 dólares la semana pasada.
Esta alza se ha dado en parte debido a los recortes de producción realizados por la OPEP+, específicamente por Arabia Saudí y Rusia. Arabia Saudí anunció en junio que reduciría su producción en un millón de barriles diarios para julio, una reducción que se extendió a agosto y posiblemente a septiembre. Rusia, por su parte, también anunció una reducción en sus exportaciones de petróleo de 500.000 barriles diarios en agosto.
A pesar de que inicialmente estos recortes de producción no tuvieron el efecto esperado en los precios, con el paso del tiempo, los precios del petróleo han sido impulsados al alza a medida que la producción se agota y los recortes de producción se prorrogan.
Comportamiento comercial exacerbando la subida de precios
La actividad comercial ha agravado el alza de precios, con inversores que se apresuran a cubrir sus posiciones cortas a medida que los precios suben. Aunque los mercados del crudo han estado menos activos este año en comparación con 2022, muchos inversores alcistas ven en la ruptura del rango a principios de julio una señal de optimismo, creyendo que el precio del crudo puede superar la marca de los 90 dólares y más allá este año.
La demanda continua de gasolina se ha visto enfrentada por una disminución en la actividad de las refinerías, lo que ha provocado un alza en los precios de este combustible y sus derivados.
Demandas de combustible en ascenso en Europa y Estados Unidos
A lo largo del año, varios países europeos, incluyendo Francia, Alemania, España e Italia, han visto aumentar su consumo de gasolina. En paralelo, Estados Unidos experimenta su habitual pico estival en demanda de gasolina.
Este incremento en el uso de combustibles ha desencadenado una serie de problemas en la capacidad de refino, sobre todo en tiempos donde la producción se mantiene alta.
Caídas en la actividad de refinerías: Casos de Shell y Exxon Mobil
Shell, una de las principales empresas petroleras de Europa, tuvo que cerrar temporalmente su refinería de Pernis, la más grande de Europa, en junio debido a un incidente de fuga. Exxon Mobil, por otro lado, cerró su refinería de Baton Rouge, una de las más grandes de Estados Unidos, para reparaciones no planificadas.
Estos sucesos han tenido un impacto significativo en la capacidad de refino global y, por ende, en los precios del combustible.
Impacto de la ola de calor en el sur de los Estados Unidos
Las recientes altas temperaturas en el sur de Estados Unidos han obligado a las refinerías a reducir el procesamiento para prevenir daños a los equipos. Esto ha contribuido a la disminución en la tasa de utilización de refinerías en el país, que cayó un 3,1 % desde principios de junio hasta finales de julio.
Este porcentaje es más alto en comparación con las disminuciones del 2 % y el 0,2 % experimentadas durante el mismo periodo en 2022 y 2019, respectivamente.
El ojo de los bancos centrales sobre los precios del combustible
Los bancos centrales, incluyendo la Reserva Federal, están observando de cerca los crecientes precios del combustible debido a su potencial impacto en la inflación. La escasez de inventarios de combustible, junto con el estado de las refinerías y la posición de los operadores, serán indicadores importantes para pronosticar la evolución de los precios en los próximos meses.