En medio de la cumbre del Grupo de los Siete en Japón la semana pasada, Estados Unidos anunció una nueva serie de sanciones dirigidas a más de 300 objetivos rusos, intensificando así una de las campañas sancionatorias más rigurosas en la historia. Estas medidas buscan atacar la evasión de sanciones por parte de Moscú, así como los futuros ingresos energéticos y las cadenas de suministro de la industria militar, según informes de Reuters. El objetivo de estas acciones es castigar a Rusia por su invasión no provocada a Ucrania, la cual ya se encuentra en su decimoquinto mes de conflicto.
“(Estas) acciones apretarán aún más el tornillo de banco sobre la capacidad de (el presidente ruso Vladimir) Putin para llevar a cabo su bárbara invasión y harán avanzar nuestros esfuerzos globales para cortar los intentos rusos de evadir las sanciones”, declaró la secretaria del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, en un comunicado el viernes.
Estados Unidos y Europa imponen sanciones económicas a Rusia
Tanto Estados Unidos como Europa han impuesto sanciones económicas a Rusia inmediatamente después del inicio de la invasión en febrero de 2022, y desde entonces no han dejado de aumentar la presión sobre Putin, su círculo cercano, el sector financiero y los oligarcas.
Estas sanciones están diseñadas para golpear la economía rusa y dificultar la capacidad del gobierno de evadir las medidas punitivas impuestas por la comunidad internacional. A medida que la situación en Ucrania se prolonga, las sanciones se han vuelto cada vez más rigurosas y dirigidas.
Temor a las consecuencias de las sanciones
Aunque hasta ahora Moscú ha logrado enfrentar la presión económica, se teme que las sanciones finalmente tengan consecuencias más graves. Durante el foro financiero de Ekaterimburgo la semana pasada, Andrey Nechayev, ex ministro de Economía ruso, admitió que la economía de su país se encuentra al borde del precipicio y sugirió que las sanciones occidentales podrían desencadenar una crisis financiera en Rusia el próximo año.
Nechayev hizo esta declaración durante el foro financiero de Ekaterimburgo la semana pasada, donde explicó que, si bien las franquicias extranjeras como McDonald’s pueden ser reemplazadas por productos rusos como las blini (tortitas rusas), no ocurre lo mismo con los productos de alta tecnología.
El ex ministro, quien ocupó el cargo entre 1992 y 1993 tras la disolución de la Unión Soviética, advirtió que el hecho de que Moscú haya superado su plan de déficit presupuestario en los primeros cuatro meses de este año es una señal clara de la crisis que se avecina. Nechayev afirmó que, aunque existen reservas suficientes para financiar el déficit durante un año, el país se verá obligado a recurrir a préstamos el próximo año, y es posible que los prestamistas no estén dispuestos a hacer cola.
Impacto en la economía rusa
El ex ministro también señaló que la emigración masiva, la fuga de capitales y la disminución de los ingresos provenientes del petróleo y el gas seguirán causando estragos en la economía rusa. Su contundente evaluación se produce en un momento en que muchos economistas se han sorprendido por la resistencia que ha mostrado la economía rusa, demostrando ser mucho más sólida de lo esperado frente a las sanciones occidentales.
De hecho, Rusia registra la tasa de desempleo más baja de los últimos 30 años y los salarios se siguen pagando puntualmente. En gran parte del país, ya no se observan largas colas, ya que los alimentos continúan estando fácilmente disponibles. Aunque los productos occidentales se han retirado en gran medida, han sido reemplazados por productos locales o importados a través de Turquía y Asia Central.
Sin embargo, ya existen millones de personas con permisos no remunerados, y el líder de la oposición rusa, Vladimir Milov, ha afirmado que hasta el 25 por ciento del sector manufacturero de Rusia está experimentando una forma de “desempleo oculto”. Técnicamente, estas personas están empleadas, pero en realidad no están trabajando. Este problema persistente se inició durante la pandemia global del nuevo coronavirus.
Riesgos futuros y posible crisis financiera
A pesar de los desafíos actuales y las incertidumbres económicas, Rusia ha logrado mantener una aparente estabilidad interna. Sin embargo, las sanciones recientemente impuestas por Estados Unidos podrían cambiar drásticamente el panorama financiero del país. Expertos advierten que la economía rusa se encuentra en una situación delicada y que las medidas restrictivas podrían finalmente ejercer una presión insostenible, desencadenando una crisis financiera en el futuro cercano.
La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos en Rusia, y los analistas están evaluando cómo el país enfrentará los desafíos financieros y las posibles consecuencias socioeconómicas. La evolución de la situación económica de Rusia no solo afectará al país en sí, sino que también tendrá repercusiones en el ámbito geopolítico global. La crisis financiera, de materializarse, podría alterar el equilibrio de poder y tener implicaciones significativas en el escenario internacional.
La comunidad internacional deberá esperar y observar cómo Rusia se adapta a las sanciones en curso y si logra superar los desafíos económicos que enfrenta. La incertidumbre persiste y solo el tiempo revelará las consecuencias exactas de estas medidas y su impacto en el país euroasiático.
Conclusiones
En resumen, las sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa han puesto a Rusia en una situación económica delicada. Aunque el país ha mostrado cierta resistencia, la crisis financiera es una amenaza latente. La economía rusa se enfrenta a desafíos como el desempleo oculto, la disminución de los ingresos y la fuga de capitales. Las sanciones recientes podrían ejercer una presión insostenible y desencadenar una crisis financiera en el futuro cercano.
El impacto de esta situación no se limita solo a Rusia, sino que también tiene implicaciones geopolíticas a nivel global. La comunidad internacional seguirá observando de cerca los desarrollos en Rusia y cómo el país se adapta a las sanciones en curso. La incertidumbre prevalece y solo el tiempo revelará las consecuencias exactas y el impacto en Rusia y en el panorama internacional.