Tras una serie de victorias del ejército ucraniano en Kharkiv y otros lugares, varios expertos en seguridad nacional de alto nivel han planteado la posibilidad de que el presidente ruso Vladimir Putin recurra al uso de armas nucleares tácticas en un acto de pura desesperación.
La perspectiva de un conflicto nuclear entre Rusia y Occidente no es imposible, pero sigue siendo improbable, lo que significa que Putin aún tiene que encontrar una solución para su difícil campaña bélica en Ucrania. Entre las menguantes opciones del presidente ruso están trabajar con China en una campaña agresiva contra Occidente, o volver finalmente a la mesa de negociaciones con Ucrania.
¿Planea Putin algo con China?
Si finalmente Putin se decide por el uso de armas nucleares tácticas, necesitará el apoyo de sus aliados en el este. El miércoles, el Kremlin anunció que el presidente ruso se reuniría con el presidente chino Xi Jinping a finales de esta semana para discutir la guerra en Ucrania, así como otros “temas internacionales y regionales”. Al parecer, en el momento de escribir este artículo, la reunión está en marcha.
Es una señal más de que Rusia está redoblando su estrategia de “pivote hacia el este”, afianzando las relaciones con los países que no se oponen a su guerra y haciendo frente a la nueva realidad de las paralizantes sanciones occidentales. China se ha negado hasta ahora a proporcionar apoyo militar directo a Rusia, ya sea en forma de donación de equipo militar o de envío de soldados, pero esta reunión podría ser una oportunidad para que Putin solicite formas alternativas de apoyo a China.
Obviamente, a China le preocupa involucrarse en el conflicto y tiene muchas razones para no tomar partido. Cualquier esfuerzo por presionar a Occidente para que retire las sanciones a Rusia desde China podría perjudicar a la economía china, que depende de la fabricación y las exportaciones a Occidente. Pero, al mismo tiempo, el Partido Comunista Chino también sabe lo dependiente que es Occidente de la economía china.
Sin embargo, es posible que las espadas ya estén desenvainadas. Estados Unidos ya está estudiando la posibilidad de imponer sanciones a China para disuadir los intentos de invadir Taiwán, y tanto el presidente Donald Trump como Joe Biden han abordado la importancia de fabricar más en casa.
Tanto Estados Unidos como China tienen mucho que perder en caso de que las relaciones entre los dos países empeoren -aunque es difícil imaginar que empeoren mucho en estos días-, pero con los ojos de China firmemente puestos en invadir Taiwán, la guerra en Ucrania y las acciones de Occidente contra Rusia podrían ser la línea en la arena para Xi Jinping.
A estas alturas, puede que China no tenga tanto que perder como antes, y un realineamiento en el este -con una cooperación aún más estrecha entre Rusia y China- podría estar a la vista. Se trataría de un realineamiento que podría resultar mutuamente beneficioso para Rusia y China, pero que obviamente estaría plagado de problemas, dado que Corea del Norte ya está siendo tratada como una parte importante de la nueva estructura.
Si Putin busca una relación más estrecha con China y una alianza oriental más fuerte para enfrentarse a Occidente, su pérdida en Ucrania podría ser el catalizador para hacerlo realidad.