La organización humanitaria World Central Kitchen (WCK) anunció que mañana reanudará sus operaciones en Gaza.
Esta decisión sigue a la suspensión temporal de actividades después de que un ataque aéreo de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) el 1 de abril resultara en la muerte de siete de sus trabajadores.
Un equipo local palestino será el encargado de distribuir alimentos en varias zonas, incluyendo el norte de la Franja de Gaza. Desde el incidente, las autoridades israelíes han estado en comunicación con WCK para facilitar su regreso a la región.
Antes del ataque fatal, WCK proporcionaba el 62% del total de la ayuda humanitaria internacional en Gaza, según informó la propia organización. “Estamos reiniciando nuestra operación con la misma energía, dignidad y concentración en alimentar al mayor número de personas posible”, dijo Erin Gore, directora Ejecutiva de WCK.
“Hasta la fecha, hemos distribuido más de 43 millones de comidas, y estamos ansiosos por entregar millones más. La alimentación es un derecho universal, y nuestro trabajo en Palestina ha sido la misión que más vidas ha salvado en nuestros 14 años de historia organizativa. Seguiremos haciendo llegar a Gaza, incluido el norte de Gaza, tantos alimentos como sea posible, por tierra, aire o mar”.
WCK informó que cuenta con 276 camiones listos para ingresar a Gaza a través del paso fronterizo de Rafah, y planea enviar más vehículos desde Jordania. Además, la organización está explorando el uso del corredor marítimo desde Chipre y considera utilizar el puerto de Ashdod.
La organización también anunció la apertura de una nueva cocina en la zona costera de Mawasi en Gaza, que llevará el nombre de “Damian’s Kitchen” en honor a Damian Soból, un cooperante polaco muerto en el ataque del 1 de abril. Esta será la tercera cocina de alta producción de WCK en la región, sumándose a las existentes en Rafah y Deir al-Balah.
Finalmente, WCK continúa solicitando una investigación imparcial e internacional sobre el ataque de las FDI. Erin Gore expresó la difícil decisión que enfrentaron: “Nos hemos visto obligados a tomar una decisión: Dejar de alimentar por completo durante una de las peores crisis de hambre de la historia, poniendo fin a nuestra operación que suponía el 62% de toda la ayuda de las ONG internacionales, o seguir alimentando sabiendo que la ayuda, los trabajadores humanitarios y los civiles están siendo intimidados y asesinados. En última instancia, decidimos que debíamos seguir alimentando, continuando con nuestra misión de aparecer para proporcionar alimentos a la gente en los momentos más difíciles”.