Arabia Saudita anunció que dejará de someter sus instalaciones nucleares a una supervisión limitada por parte del organismo de control nuclear de la ONU, y adoptará salvaguardas regulares antes de que termine el año. Este paso responde a una solicitud de larga data por parte de dicho organismo.
El país cuenta con un programa nuclear en sus primeras fases, que busca expandir hacia actividades como el enriquecimiento de uranio, lo cual puede representar un riesgo para la proliferación nuclear.
Aún no está claro hasta qué punto llegarán estas iniciativas, ya que el príncipe heredero Mohammed bin Salman ha declarado en varias ocasiones que el reino desarrollará armas nucleares si su rival regional, Irán, lo hace.
Actualmente, Arabia Saudita no ha puesto en funcionamiento su primer reactor nuclear, lo que permite que su programa continúe bajo el monitoreo del Protocolo de Pequeñas Cantidades (SQP). Este acuerdo con la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) exime a los países con programas nucleares limitados de cumplir con ciertas obligaciones de inspección y reporte.
El ministro de Energía saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, informó durante la Conferencia general anual del OIEA que en julio de 2024 el reino solicitó formalmente rescindir el SQP y comenzar a aplicar el Acuerdo de Salvaguardias Integrales en su totalidad.
“Estamos trabajando junto con la agencia para completar los acuerdos necesarios, con el objetivo de que el SQP quede rescindido para diciembre de este año”, declaró a través de un intérprete.
El director del OIEA, Rafael Grossi, ha instado a los estados que aún mantienen el SQP a modificarlo o cancelarlo, calificando este protocolo como una “debilidad” dentro del régimen global de no proliferación nuclear. Grossi también destacó en la red social X que la decisión de Arabia Saudita fortalecerá la capacidad del organismo para verificar el uso pacífico del material nuclear en el país, elogiando a Riad por esta acción.