Mientras las fuerzas rusas luchan por recuperar los territorios previamente capturados en Ucrania, el presidente ruso Vladimir Putin anunció esta semana la marcha de Sergei Surovikin como máximo comandante en Ucrania.
Surovikin, encargado de dirigir la ofensiva ucraniana hace apenas tres meses, será sustituido por el Jefe del Estado Mayor Valery Gerasimov.
El anuncio se produce cuando Rusia afirma estar haciendo algunos progresos en la región de Donbás, aunque también podría verse como una admisión de que las tácticas de Surovikin no estaban funcionando. Sin embargo, es poco probable que el general Gerasimov actúe de forma radicalmente distinta.
El militar ruso, que es el jefe de Estado Mayor que más tiempo lleva en el cargo desde la caída de la Unión Soviética, es conocido desde hace tiempo como el “general Armagedón” por sus brutales tácticas en Siria. En concreto, Gerasimov supervisó la campaña de ataques masivos con misiles en Alepo en 2016.
El bombardeo afectó a 300.000 residentes, causando importantes daños a la ciudad y dejando sin alimentos y otros recursos esenciales a un gran número de personas.
También se acusó a las fuerzas rusas de organizar ataques químicos en la ciudad.
¿Por qué se marcha Surovikin de Ucrania?
Nombrado en octubre para dirigir la ofensiva rusa en Ucrania, se esperaba ampliamente que Surovikin desplegara las mismas tácticas brutales de las que fue responsable en Siria. Casi inmediatamente después de asumir el cargo, Surovikin ordenó una serie de ataques masivos con misiles y aviones no tripulados en Ucrania, una táctica en la que desde entonces ha confiado en gran medida en Ucrania.
Los analistas esperaban nada menos que brutalidad total en Ucrania después de que Surovikin asumiera el mando, y eso es exactamente lo que ocurrió. Surovikin, que estuvo encarcelado seis meses tras matar a tres manifestantes en Moscú durante el golpe de 1991, cumplió esas expectativas y ha supervisado la destrucción total de la ciudad de Bajmut y algunos de los peores bombardeos de infraestructuras residenciales y energéticas desde el comienzo del conflicto ucraniano.
Las tácticas de Surovikin bien podrían ser la razón por la que ha sido desplazado de su puesto, junto con el hecho de que las fuerzas rusas aún no han conseguido avances significativos bajo su mando. Sin embargo, el hecho de que ahora vaya a desempeñar el cargo de comandante adjunto bajo las órdenes del general Gerasimov también podría indicar que el presidente ruso no está realmente enfadado por su actuación. En cambio, el movimiento podría ser simplemente estratégico, ya que Rusia se prepara para una nueva ofensiva masiva en primavera.
En un comunicado de esta semana, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que la decisión tenía por objeto garantizar “un contacto más estrecho entre las distintas ramas de las fuerzas armadas” y mejorar la “calidad y eficacia de la gestión de las fuerzas rusas”.
Algunos analistas también sugirieron que, lejos de considerar a Surovikin un fracaso, puede que en realidad se haya vuelto demasiado influyente en el cargo, pasando por alto a Gerasimov y al ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, a la hora de comunicarse con el presidente ruso.