Incluso antes de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciara oficialmente que se suministrarían treinta y un carros de combate principales M1 Abrams (MBT) para ayudar a Ucrania, antes de una esperada ofensiva rusa, Moscú ya había descartado sus capacidades.
Es probable que los tanques sean destruidos, dijo un funcionario.
El M1 Abrams vuelve loca a Rusia
“Estos tanques arderán en llamas como todos los demás”, declaró el miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Peskov sugirió además que, debido a las políticas occidentales, “la situación en Europa y en el mundo es realmente muy, muy tensa”.
Peskov también sostuvo que mientras Occidente siga ayudando a Kiev, casi no hay perspectivas de una solución diplomática al conflicto.
El plan de Estados Unidos de entregar M1 Abrams siguió al anuncio de Alemania de que enviaría varios MBT Leopard 2, y permitiría a los de otros operadores de la OTAN enviar también a Ucrania los tanques de fabricación alemana.
El esfuerzo por reforzar la capacidad de combate de Ucrania estaba condenado al fracaso y sólo causaría problemas a la OTAN, mantuvo Peskov.
“Se trata de una clara sobreestimación del potencial que dan a las fuerzas armadas ucranianas”, explicó y dijo además que Occidente se equivoca si cree que la seguridad europea puede lograrse reforzando el ejército ucraniano y continuando la guerra.
“Es una creencia absurda, es un callejón sin salida”, dijo Peskov.
Rusia también envía más tanques
El momento de la declaración de Peskov es casi irónico, ya que coincidió con la noticia de que Moscú ha estado sopesando si desplegar su nuevo MBT T-14 Armata en las líneas del frente en Ucrania.
Sin embargo, según un reciente análisis del Ministerio de Defensa británico, el Kremlin considera de “alto riesgo” tal medida.
Citaba informes según los cuales es improbable que los mandos rusos confíen en el tanque, aún en gran medida sin probar, mientras que “el primer lote de T-14 asignado” a las tropas rusas “estaba en muy malas condiciones”. El Ministerio de Defensa no precisó los problemas exactos, pero sugirió que podría tratarse de los motores, así como de los sistemas de imagen térmica.
El T-14 Armata, que se presentó por primera vez en 2015 durante el Desfile del Día de la Victoria en la Plaza Roja, se probó sobre el terreno en Siria, pero no se ha desplegado en los combates de Ucrania. En 2021, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo que el “lote piloto” inicial se desplegaría a las tropas en 2022.
Sin embargo, en realidad se desplegaron pocos.
Los tanques se consideran los más avanzados construidos hasta la fecha en Rusia.
Cuentan con una torreta totalmente automatizada, digitalizada y operada a distancia, mientras que la tripulación, compuesta por tres personas, se aloja en un compartimento dentro del casco. Los tanques aún no han sido probados, especialmente en combates entre tanques.
Ahora que Occidente está enviando tanques como el Challenger 2 británico, el Leopard 2 alemán y el M1 Abrams estadounidense, Moscú podría plantearse el envío del T-14 Armata.
Aunque podría ser una oportunidad para que Rusia demostrara que el Armata es realmente el mejor tanque y el más capaz, sería una grave vergüenza para el Kremlin que Ucrania empleara los MBT occidentales de la época de la Guerra Fría y destruyera lo “mejor” que Moscú tiene que ofrecer.