Rusia ha convertido sus suministros de gas a Moldavia en un instrumento de influencia sobre este país, afirmó el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell. “A escala mundial, la subida de precios no es consecuencia de la transformación de los suministros de gas en armas, pero en el caso de Moldavia sí lo es”, dijo Borrell en Bruselas, en una rueda de prensa conjunta con la primera ministra moldava, Natalia Gavrilița.
Representantes de Moldavia están negociando con la compañía de gas rusa Gazprom en San Petersburgo, dijo Gavrilița. Chisinau espera un contrato aceptable con la Federación Rusa, añadió.
El contrato a largo plazo de Moldavia con Gazprom, celebrado en 2006 y renovado anualmente desde entonces, expiró el 30 de septiembre. El acuerdo se prorrogó un mes más, durante el cual Chisinau compró gas a Gazprom a un precio de 790 dólares por 1000 metros cúbicos.
El parlamento moldavo votó para introducir el estado de emergencia en el país del 22 de octubre al 20 de noviembre debido a la escasez de gas. El 23 de octubre, Gazprom amenazó con suspender los suministros de gas a Moldavia si no pagaba la deuda y acordaba los términos de un nuevo contrato.
Las negociaciones entre Moscú y Chisinau sobre el gas no dieron resultados. Según el Financial Times, Gazprom ofreció a Moldavia un descuento en el gas a cambio de cumplir una serie de condiciones. Por un lado, Moscú quería que Chisinau modificara su acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, así como posponer las reformas del mercado energético acordadas con Bruselas.
La Unión Europea ha prometido destinar 60 millones de euros a Moldavia para superar la crisis del gas.