Irán

Las relaciones entre Irán e Israel pueden dividirse en cuatro fases principales: el período de 1947–53, el período de amistad durante la era de la dinastía Pahlavi, el período de empeoramiento desde la Revolución iraní de 1979 hasta 1990 y, finalmente, la hostilidad desde el final de la Primera guerra del golfo. En 1947, Irán estaba entre los 13 países que votaron en contra del Plan de Partición de las Naciones Unidas para Palestina. Dos años después, Irán también votó en contra de la admisión de Israel a las Naciones Unidas. Sin embargo, Irán fue el segundo país de mayoría musulmana en reconocer a Israel como un Estado soberano después de Turquía. Después del golpe de estado de 1953, que reinstaló el poder pro-occidental Mohammad Reza Pahlavi , las relaciones entre los dos países mejoraron significativamente. Después de la Revolución de 1979, Irán rompió todos los vínculos diplomáticos y comerciales con Israel, y su gobierno islámico no reconoce la legitimidad de Israel como Estado. El cambio de la paz fría a la hostilidad comenzó a principios de la década de 1990, poco después del colapso de la Unión Soviética y la derrota del Ejército iraquí durante la Tormenta del Desierto, después de lo cual el poder relativo en el Medio Oriente se desplazó hacia Irán e Israel. El conflicto se intensificó a principios de la década de 1990, cuando el gobierno de Yitzhak Rabin adoptó una postura más agresiva sobre Irán. El conflicto retórico se calentó durante la presidencia de Mahmoud Ahmadinejad, que hizo declaraciones inflamatorias contra Israel. Otros factores que contribuyeron a la escalada de las tensiones incluyen el desarrollo de la tecnología nuclear de Irán en relación con la Doctrina Begin de Israel, la financiación iraní de grupos terroristas como Hezbolá, la Jihad Islámica y Hamas, y la participación en ataques terroristas como el ataque de 1992 a la embajada israelí en Buenos Aires y el atentado de 1994 de AMIA.