BAGDAD, Irak (AFP) – El ejército iraquí dijo el domingo que dos drones fueron destruidos sobre una base que alberga a las tropas estadounidenses, un mes después de que la misma base fuera objetivo de un dron armado.
El sistema de defensa C-RAM del ejército de Estados Unidos fue activado para derribar los drones sobre la base de Ain al-Assad, situada en el desierto occidental de Irak, dijo el ejército iraquí.
Varias horas antes, un cohete fue derribado sobre el aeropuerto de Bagdad, “sin causar víctimas ni daños”, dijo el coronel Wayne Marotto, portavoz de la coalición militar liderada por Estados Unidos en Irak.
La coalición fue enviada a Irak para ayudar a los militares del país a luchar contra el grupo jihadista Estado Islámico (ISIS), una campaña que Bagdad declaró ganada a finales de 2017.
Actualmente hay 2.500 soldados estadounidenses en Irak, que se suman a los 3.500 efectivos totales de la coalición.
Estados Unidos culpa constantemente a las facciones iraquíes vinculadas a Irán de los ataques con cohetes y de otro tipo contra las instalaciones iraquíes que albergan a su personal.
Desde el comienzo de este año, se han producido 39 ataques contra intereses estadounidenses en Irak. La gran mayoría han sido bombas contra convoyes logísticos, mientras que 14 fueron ataques con cohetes, algunos de ellos reivindicados por facciones pro-iraníes.
Para los diplomáticos occidentales y los militares de alto rango en Irak, los atentados no solo son un peligro para el personal estadounidense, sino que también comprometen la lucha contra el ISIS, que conserva células durmientes en zonas montañosas y desérticas.
“Esos ataques son una distracción”, dijo una de esas fuentes. “A los únicos que están ayudando es a los jihadistas porque cada vez que atacan una base donde la coalición tiene asesores, esos asesores tienen que dejar lo que están haciendo para concentrarse en la protección de las fuerzas”.
El uso de drones contra intereses estadounidenses por parte de facciones vinculadas a Irán es una táctica relativamente nueva.
El ejército estadounidense ha acusado anteriormente a grupos iraquíes proiraníes de ayudar a los rebeldes hutíes de Yemen a llevar a cabo ataques con estos aparatos contra intereses saudíes.