Muchos consideran que el portaaviones es el activo definitivo para proyectar el poder naval y un elemento necesario de una armada moderna. Sin embargo, el único portaaviones ruso, el Almirante Kuznetsov, es una reliquia de hace décadas con fama de fallar repetidamente.
El Kuznetsov ha estado parado durante tres años a la espera de revisiones importantes desde que una grúa se estrelló contra él y contribuyó a hundir su dique seco inicial. Se ha especulado sobre el futuro del buque, y muchos se han preguntado si tiene sentido que el gobierno ruso siga invirtiendo en este viejo portaaviones. De hecho, este buque, fabricado originalmente en la Ucrania de la era soviética, tiene un mal historial.
Historia del Almirante Kuznetsov
A pesar de haber sido botado en 1985, el buque solo ha sido desplegado en combate una vez: en Siria durante 2016-2017 para proporcionar apoyo aéreo a Bashar al-Assad.
Mientras operaba frente a la costa, dos cazas se perdieron cuando no pudieron detener sus aviones al aterrizar debido a cables de detención defectuosos.
Esto llevó finalmente a que el resto de los aviones estacionados en el Kuznetsov fueran trasladados a la base aérea de Khmeimim en Siria, lo que plantea la cuestión de por qué era necesario un portaaviones en el Mediterráneo Oriental en primer lugar.
Además de estos problemas, el Kuznetsov ha sufrido a lo largo de los años múltiples incendios que han matado a numerosos marineros y una fuga de petróleo que liberó 300 toneladas métricas de petróleo frente a la costa de Irlanda. Por sus problemas técnicos, el portaaviones está vergonzosamente vigilado por un barco de reparaciones y remolcadores mientras está en el mar en caso de avería.
Pero con la creación de un enorme y recién ampliado dique seco en los astilleros navales rusos de Seymorput, en la región de Murmansk, parece que el régimen de Putin ha redoblado su compromiso de reparar y modernizar el Kuznetsov, manteniéndolo en servicio más tiempo del que muchos esperaban.
El Kuznetsov necesita mucho trabajo
La expectativa actual es una modernización de los sistemas de propulsión del buque, de los sensores, de la electrónica y de una parte de los aviones del ala de combate. Algunos también han sugerido que los misiles de crucero P-700 del Kuznetsov podrían ser sustituidos por misiles hipersónicos Zircon.
Sin embargo, debido en parte al fracaso del dique seco original, estos cambios se siguen retrasando. La estimación más reciente proporcionada por Rusia es que el Almirante Kuznetsov estará operativo en el verano de 2023. Si no lo está, tendrá que esperar hasta la siguiente temporada para comenzar las pruebas: si las reparaciones se prolongan más allá de septiembre, se formará hielo estacional alrededor de Murmansk, lo que hará imposible dichas pruebas hasta que las temperaturas vuelvan a ser cálidas. Dado que el nuevo dique seco necesita al menos dos o tres meses para bombear el agua y empezar a trabajar en el buque, no está claro si el portaaviones estará listo para septiembre del año que viene.
Para empeorar las cosas para la Armada rusa está el dolor siempre presente de las sanciones internacionales impuestas como resultado de la invasión rusa de Ucrania. Los presupuestos cada vez más ajustados y los persistentes problemas en la cadena de suministro seguirán afectando a la industria de defensa rusa.
Por lo tanto, es difícil saber con exactitud si el Almirante Kuznetsov podrá navegar en el verano de 2023. Un historial de fracasos y retrasos, unido al creciente aislamiento económico de Rusia, hace que uno sea escéptico.