SANTIAGO, Chile – El gobierno argentino informó a los legisladores que planea gastar unos 684 millones de dólares en la adquisición de nuevos cazas de combate y en la construcción de la infraestructura correspondiente.
La información, proporcionada la semana pasada en respuesta a preguntas de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, provino del jefe de Gabinete de Ministros, Juan Manzur, y del despacho del ministro de Defensa, Jorge Taiana.
El presupuesto, incluido en el decreto 88/22 del año en curso, contempla la asignación de 664 millones de dólares para la compra de aviones de combate, más 20 millones adicionales para la nueva infraestructura necesaria para su funcionamiento.
Las respuestas recibidas por la Cámara de Diputados definen a la aeronave como “un avión de combate multirol dotado de un radar de barrido electrónico activo (AESA), un sistema de reabastecimiento en vuelo compatible con los aviones cisterna actualmente en el inventario de la Fuerza Aérea Argentina, un enlace de datos táctico y un conjunto defensivo de guerra electrónica”.
Las aeronaves con diseño de arquitectura abierta estarían obligadas a integrar armas y sistemas de cualquier origen, pero los requisitos legales exigen que no pueda existir ningún sistema, subsistema o componente de fabricación o diseño británico en el avión adquirido. La prohibición pretende mitigar la presión del Reino Unido, que, desde la guerra de las Malvinas en 1982, ha limitado o prohibido el suministro de piezas de repuesto y material para equipos militares a Argentina.
El esfuerzo del Reino Unido ha dificultado el mantenimiento y la capacidad operativa de las plataformas y armas en el inventario de Argentina, y en los últimos años ha jugado en contra de las opciones de la nación sudamericana para comprar aviones de segunda mano Dassault Mirage F1, Saab Gripen y Korea Aerospace Industries FA-50.
Las respuestas enviadas a los legisladores también mencionan los tipos de aviones ya evaluados y que se están considerando como posibles soluciones, entre ellos el JF-17, producido conjuntamente por China y Pakistán; el F-16, fabricado por la empresa estadounidense Lockheed Martin; el Tejas, de la empresa india Hindustan Aeronautics Ltd.; y el Mikoyan MiG-35 ruso.
El Tejas podría resultar rentable, pero su radar original es en parte de origen británico, su sistema de reabastecimiento en vuelo es de diseño británico y su asiento eyectable procede de la empresa británica Martin-Baker. Mientras que el radar podría ser sustituido, el cambio del sistema de reabastecimiento en vuelo sería más complejo, ya que podría requerir una intervención estructural. Y la sustitución del asiento eyectable requeriría un costoso rediseño de la cabina.
Un oficial militar de alto rango, que habló bajo condición de anonimato para evitar represalias en el lugar de trabajo, dijo que de los cuatro aviones enumerados por el gobierno es poco probable que Argentina elija el MiG-35 por razones “políticas y logísticas”. La fuente opinó lo mismo sobre el Tejas “porque sustituir componentes que pueden ser vetados por los británicos sería muy caro, más allá de lo que el gobierno argentino está dispuesto y puede gastar”.
“La Fuerza Aérea Argentina preferiría el F-16 [de Lockheed Martin], pero el gobierno de EE.UU. no ayuda con ello, ya que sólo está dispuesto a autorizar una venta bajo condiciones muy restrictivas”, dijo el oficial a Defense News.
“Hace aproximadamente un mes se hizo una solicitud argentina de autorización para integrar el misil Derby BVR de Rafael, así como otras armas y sistemas israelíes, en el F-16”, añadió el oficial. “No ha habido respuesta de Washington, y el silencio suena como un no aquí en Buenos Aires. Muchos aquí ven estas objeciones a la venta de AMRAAM y a la integración de armas israelíes como producto de la presión o influencia británica sobre las autoridades estadounidenses.
“Todo esto juega a favor de la adquisición del avión de combate chino JF-17/FC-1, una máquina que no tiene componentes ni piezas británicas, ni siquiera un tornillo”.
Mientras tanto, Israel Aerospace Industries está lanzando una nueva campaña en Buenos Aires para promover la opción de comprar aviones Kfir reacondicionados y mejorados.
El coronel retirado del ejército argentino Guillermo Lafferriere, ahora analista de defensa independiente con sede en Buenos Aires, es escéptico sobre las intenciones y el compromiso de Argentina de adquirir un nuevo avión de combate.
“Pueden hacer largas negociaciones, pueden hacer varios viajes al exterior para ver ofertas, pueden incluso firmar cartas de intención que no son contratos. [Pero] también tienen facultades para cambiar el destino de los presupuestos aprobados, por lo que pueden tomar los fondos para otra cosa”, dijo a Defense News. “Los que hoy están en el gobierno se pasaron décadas calificando a los militares de criminales, además de descuidar a las fuerzas armadas diciendo que son un despilfarro innecesario. Sus votantes lo creen, y se enfurecerán si ahora empiezan a gastar en material militar y a obtener préstamos internacionales para ello, aunque sea una pequeña cantidad como ésta para aviones de combate”.