Los pilotos del B1-B Lancer suelen decir que poca gente comprende plenamente el alcance y la importancia de las misiones de bombardeo que ha realizado el avión. El éxito del bombardero contra los talibanes en Afganistán parece mucho menos conocido que su debut en combate sobre Irak en 1998, en la Operación Zorro del Desierto.
Durante la Operación Libertad Duradera, el B1-B lanzó armas de precisión, bombas planeadoras y también bombardeó zonas en las que se confirmó que sólo había concentraciones de fuerzas talibanes y no civiles.
Aunque no se trata de una flota grande, el B1-B realizó un porcentaje muy elevado de las misiones en Afganistán durante la Operación Libertad Duradera, como se describe en un interesante ensayo aparecido en Globalsecurity.org.
B1-B: Bombardero envejecido a toda máquina
Aunque sólo tiene 20 años de edad en términos de servicio de combate, algunos ya se preguntan cuándo se jubilará totalmente la flota de 92 bombarderos B1-B, una cuestión de importancia para el plan de la Fuerza Aérea para su futura flota de bombarderos. Al igual que otros aviones heredados, el B1-B lancer ha recibido una serie de mejoras muy significativas, entre ellas modificaciones en su compartimento de armas que le permiten llevar armas hipersónicas.
Como parte de esta mejora armamentística, el bombardero ha recibido una nueva unidad Bomb Rack Unit, que aumenta la capacidad del avión para transportar armas de 500 libras hasta en un 60 por ciento. Su compartimento interno de armas puede transportar ahora 40 bombas, frente a las 24 anteriores.
Actualizaciones
El B1-B también ha recibido un nuevo Integrated Targeting Pod, que conecta las transmisiones de vídeo con otros datos de inteligencia críticos, así como una tecnología de navegación mejorada denominada Integrated Battle Station.
Estas tecnologías permiten actualizar los datos de inteligencia y los objetivos en vuelo, y también ofrecen a los pilotos la posibilidad de actualizar la información de navegación con mayor rapidez a medida que cambia el entorno de combate.
Estas actualizaciones mejorarán las capacidades de lanzamiento de bombas y de ataque de la aeronave, que puede volar hasta 60.000 pies, volar a una velocidad superior a Mach 1,25 y lanzar GBU-31, GBU-38, GBU-39 y la bomba de pequeño diámetro GBU-54.
El horizonte para el B1-B
A pesar de estas actualizaciones, hay un punto en el que algunos podrían preguntarse cuándo el avión podría alcanzar la obsolescencia, ya que no es sigiloso fue diseñado hace décadas. Estas actualizaciones pueden mejorar enormemente la funcionalidad, el éxito y el rendimiento operativo del avión de cara al futuro, pero es probable que el Ejército del Aire tenga que responder a muchas preguntas críticas sobre la flota de bombarderos.
La llegada prevista de un gran número de nuevos aviones B-21 y el servicio continuado y muy mejorado de los bombarderos B-52 y B-2 es probablemente la razón por la que el Ejército del Aire está planeando una “retirada” gradual del B1-B.
Esto significa que, a medida que vayan llegando los B-21, el servicio irá desprendiéndose progresivamente de los B1-B. Sin embargo, es probable que algunas partes de los aviones modernizados permanezcan en servicio en los próximos años, ya que el servicio trata de mantener la preparación y una configuración óptima de la flota.
Por último, como bombardero capaz y, sobre todo, como potencial portador de armas hipersónicas, es probable que el B1-B no vaya a ninguna parte pronto, sobre todo teniendo en cuenta que pasarán muchos años hasta que llegue un número significativo de nuevos B-21.