En el periodo de tensión mundial conocido como Guerra Fría, los buques de vigilancia AGI de la Armada soviética, acrónimo de “General Intelligence Auxiliary”, patrullaban cerca de las costas de Estados Unidos y sus aliados. Estos buques estaban equipados con receptores electrónicos avanzados diseñados para interceptar y analizar señales de radares militares y otros sistemas de comunicaciones.
Hoy en día, buques de inteligencia más grandes y con tecnologías mucho más avanzadas han tomado el relevo de los antiguos arrastreros AGI. Entre ellos se encuentra el Ivan Khurs de la clase Yury Ivanov, que opera junto a la Flota rusa del Mar Negro.
Desde hace aproximadamente un año, las fuerzas militares ucranianas se han dedicado a la tarea de interceptar el Ivan Khurs, un buque de 4.000 toneladas con 131 marineros a bordo, utilizando buques no tripulados y misiles. Y el pasado domingo, al parecer, lograron alcanzar al buque con un misil de crucero mientras estaba anclado en Sebastopol, territorio ucraniano ocupado, en un ataque que también alcanzó a hasta tres buques de desembarco.
Interceptar al espía de las profundidades
Diez meses antes, en mayo, drones marinos ucranianos, cargados de explosivos y guiados por satélite, fueron lanzados en persecución del Ivan Khurs. Este incidente se produjo mientras el buque de inteligencia navegaba a 75 millas al noreste del estrecho del Bósforo, en el Mar Negro occidental.
“El dron navegó más de [310 millas] en una misión de extrema dificultad”, comentó una fuente oficial a Ukrainian Pravda. “La operación se retrasó inicialmente debido al mal tiempo, y la conexión con el dron se perdió en varias ocasiones”.
Aunque el dron se aproximó y detonó cerca del Ivan Khurs, no logró causarle daños significativos. Poco después, el buque de inteligencia fue visto regresando a Sebastopol, sin mostrar signos de deterioro.
La razón de la persistente determinación ucraniana está clara. El Ivan Khurs está equipado con sistemas de detección de radares y otros equipos de vigilancia electrónica que le permiten identificar radares y lanzamisiles ucranianos, especialmente los situados a lo largo de la costa del Mar Negro. Estos mismos sistemas han sido clave para detectar y derribar aviones rusos sobre el Mar Negro y hundir buques de guerra rusos en la región.
Proteger la costa ucraniana a toda costa
La estrategia ucraniana ha logrado paralizar la flota rusa en el Mar Negro, destruyendo o dañando una docena de sus buques desde el comienzo de la guerra. Esto obliga a Rusia a redoblar sus esfuerzos para prevenir futuros ataques, lo que incluye cartografiar las posiciones defensivas costeras ucranianas.
Impedir que los rusos obtengan esta información implica neutralizar el Ivan Khurs. El estado actual del buque tras el último ataque es incierto; las imágenes por satélite sugieren daños en su parte trasera, aunque no puede confirmarse si sigue operativo.
Independientemente de su estado, el hecho de que el Ivan Khurs siga a flote sugiere que Ucrania podría estar planeando un tercer ataque, prueba de su determinación de defender su soberanía y seguridad nacional frente a la adversidad.