El 12 de enero, Japón inició la construcción de una base de las Fuerzas de Autodefensa en Mageshima, una isla de la prefectura de Kagoshima. La instalación se construirá como parte de un plan para trasladar las maniobras navales y marítimas conjuntas con EEUU.
Servirá como nueva instalación de entrenamiento para los cazas estadounidenses F/A-18 Super Hornets y F-35 basados en portaaviones para simular aterrizajes de portaaviones cerca de China. Las Fuerzas de Autodefensa también utilizarán el lugar como depósito logístico y de mantenimiento para defender las islas Nansei del suroeste de Japón.
El ministerio también tiene previsto construir una pista de aterrizaje, hangares e instalaciones de muelle para los buques utilizados por las Fuerzas de Autodefensa. Aunque se prevé que el desarrollo dure unos cuatro años, el ministerio quiere terminar la pista y las instalaciones asociadas en unos 24 meses.
El plan permitirá trasladar las instalaciones de entrenamiento de cazas estadounidenses desde la isla de Iwoto, en el Pacífico, situada a unos 1.250 kilómetros al sur de Tokio.
El jueves por la mañana, unas 40 personas -entre representantes del ministerio y trabajadores de la construcción- llegaron a Mageshima.
El plan de reubicación comenzó hace más de una década, tras un acuerdo mutuo entre Estados Unidos y Japón. Sin embargo, debido a la oposición y a la falta de urgencia, los preparativos quedaron aparcados.
Ya no es un secreto que la creciente presencia del ejército chino en la región está impulsando a Tokio a dar estos importantes pasos para reforzar los lazos militares con Estados Unidos.
“Dado el entorno de seguridad más severo y complicado de la era de posguerra, el gobierno construirá esta instalación y comenzará pronto su funcionamiento”, declaró a la prensa el máximo portavoz del gobierno.
El Secretario Jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno, afirmó que la nueva instalación militar será “indispensable” para Estados Unidos. Así, los portaaviones estadounidenses podrán vigilar continuamente la región Indo-Pacífica y responder con rapidez a cualquier gran amenaza.
Funcionarios de ambos países coincidieron en que el creciente poder de China plantea el “mayor desafío estratégico” en la región Indo-Pacífica y más allá. Ambos países se comprometieron también a impulsar la disuasión y ampliar el alcance de su tratado de seguridad para incluir el espacio.
El 11 de enero, Japón aprobó formalmente los planes estadounidenses para una nueva fuerza de reacción rápida de Marines en Okinawa y reveló planes para reforzar la cooperación militar en las remotas islas del sudoeste japonés próximas a Taiwán.
El nuevo regimiento litoral de Marines se desplegaría y equiparía con capacidades antibuque, de transporte y de inteligencia de vanguardia para 2025.
Cazas estadounidenses basados en portaaviones practicarán aterrizajes en portaaviones
Las nuevas instalaciones permitirán a los cazas estadounidenses Super Hornets y F-35 con base en portaaviones practicar aterrizajes en portaaviones.
Mageshima será más práctica para los pilotos de portaaviones estadounidenses que la Estación Aérea Iwakuni del Cuerpo de Marines, que actualmente es la base principal de muchos de estos pilotos en la isla principal japonesa de Honshu.
Actualmente, los pilotos estadounidenses entrenan aterrizajes de portaaviones “touch and go” en Iwo Jima, que está a más de 850 millas (1.360 kilómetros) de distancia. Volando a Mageshima, la distancia se reduciría en 600 millas (960 kilómetros).
El portaaviones USS Ronald Reagan de la 7ª flota tiene su base en Yokosuka, Japón. Desde principios de la década de 1970, Estados Unidos tiene un portaaviones en Japón, principalmente por razones estratégicas.
Un portaaviones con base en Japón garantiza que ya hay uno en la región y listo para responder a cualquier crisis que pueda surgir.
Un escuadrón de cazas de ataque F/A-18E Super Hornet que opera desde la Estación Aérea del Cuerpo de Marines de Iwakuni (Japón) está adscrito al Carrier Strike Group (CSG) 5 y al buque insignia USS Ronald Reagan (CVN 76).
Estos cazas participan regularmente en ejercicios de entrenamiento con la Fuerza de Autodefensa Aérea de Japón para mejorar su preparación.
Por otro lado, los F-35 de la Armada y el Cuerpo de Marines estadounidenses también participan regularmente en este tipo de ejercicios para mejorar la preparación para el combate y la interoperabilidad con sus homólogos japoneses.
La futura colaboración militar entre las fuerzas estadounidenses y japonesas, especialmente con los cazas furtivos F-35, también puede verse facilitada por Mageshima. Japón ya ha anunciado que modernizará sus destructores de helicópteros de la clase Izumo para que puedan albergar cazas F-35B de fabricación estadounidense.
Mientras tanto, la diversificación de las bases japonesas y estadounidenses (individuales o combinadas) se ha convertido en un patrón a lo largo del tiempo. Unas bases y equipos más repartidos harían más resistente a la alianza.
La idea es que cuantas más bases se tengan, más misiles necesitaría lanzar el adversario para superar a su objetivo y obtener ventaja en el combate.
Las bases terrestres permanentes son más prácticas que los portaaviones, ya que pueden resistir muchas armas. En teoría, un portaaviones puede ser destruido con un solo ataque o torpedo.
En comparación con una sofisticada máquina de guerra como un portaaviones, los daños sufridos en combate por las bases terrestres también pueden restablecerse mucho más rápidamente.
Además, Mageshima está lo suficientemente lejos como para que los militares japoneses o estadounidenses realicen ejercicios de fuego real con misiles, cañones o artillería de caída libre. Sin embargo, el gobierno no ha dado ninguna indicación sobre tales ejercicios.