La semana pasada, la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) alcanzó un importante hito al botar su tercer portaaviones. Bautizado con el nombre de Fujian, en honor a la provincia china que se encuentra justo enfrente de Taiwán, es el mayor y más potente buque de guerra construido por China hasta la fecha. El Tipo 003 salió de su dique seco en un astillero de las afueras de Shanghai el viernes.
Aunque no entrará en servicio hasta dentro de unos años, cuando lo haga, el Fujian estará equipado con lo último en armamento y tecnología de lanzamiento de aviones. El buque de guerra forma parte de los esfuerzos del presidente chino, Xi Jinping, por convertir el PLAN en una armada de categoría mundial que pueda proyectar su poder en todo el mundo.
Sin embargo, como escribió recientemente para Foreign Policy Sam Roggeveen, director del Programa de Seguridad Internacional del Instituto Lowy en Sidney, “Pekín no puede desafiar todavía el poder naval de Estados Unidos directamente”.
El portaaviones Tipo 003, explicaba Roggeveen, es una “gran mejora”, pero apenas se puede comparar con el de la clase Nimitz de la Marina estadounidense, que ya está siendo sustituido por los superportaaviones de la clase Gerald R. Ford, aún más grandes y avanzados.
Alcanzar la paridad naval con Estados Unidos requerirá otro “gran salto adelante” chino, y ahí es donde podría entrar en juego el portaaviones Tipo 004. Aunque los detalles específicos sobre el buque siguen siendo escasos, fue en febrero de 2018 cuando la Corporación Estatal China de Construcción Naval (CSSC) anunció que había iniciado el desarrollo de un portaaviones de propulsión nuclear que podría ayudar al PLAN a “realizar su transformación estratégica y su capacidad de preparación para el combate en aguas profundas y océanos abiertos para 2025”.
¿Un portaaviones más grande pronto?
También se ha informado de que este cuarto portaaviones sería aún más grande que el Tipo 003, y podría desplazar entre 90.000 y 100.000 toneladas, lo que lo haría comparable en tamaño a los portaaviones de la clase Nimitz de la Armada estadounidense, así como a los nuevos portaaviones de la clase Gerald R. Ford. Sin embargo, cabe señalar que la Marina estadounidense opera actualmente 10 de los primeros buques, mientras que el buque principal de los segundos tiene previsto su despliegue inaugural a finales de este año. La Armada estadounidense también está en vías de reemplazar los buques de la clase Nimitz uno por uno con los buques más nuevos, mientras que incluso se ha planeado prolongar la vida útil de los viejos portaaviones para aumentar la capacidad de la Armada estadounidense de proyectar poder en todo el mundo.
El PLAN tiene mucho que hacer, pero Pekín se ha embarcado en un agresivo programa de construcción naval, que incluye la construcción de seis grupos de combate de portaaviones para 2035. China ha estado ampliando rápidamente su programa de portaaviones desde que adquirió su primer portaaviones, el Tipo 001, a Ucrania hace casi 25 años. El antiguo crucero aéreo de la Armada soviética fue reconstruido y puesto en servicio como Liaoning hace una década, y le siguió la construcción del Tipo 002 Shandong, el primer portaaviones chino de fabricación nacional.
El Tipo 003 fue el primer portaaviones de diseño y construcción autóctonos, pero será el Tipo 004 el que más podría importar. El buque principal podría estar terminado a finales de la década, mientras que otros tres buques podrían seguirle rápidamente. Los buques de guerra podrían proporcionar a Pekín la misma proyección de fuerza que ofrecen los portaaviones de la Armada estadounidense, pero también podrían utilizarse para apoyar cualquier posible invasión de Taiwán, que el Partido Comunista Chino sostiene que es una provincia escindida que debe volver al redil.
Lo más preocupante para Estados Unidos es el hecho de que el Tipo 004 tiene el potencial de “saltar” la tecnología actual de los portaaviones, ya que podría estar equipado con armas avanzadas, incluyendo láseres y cañones de riel, y esos programas ya se están acelerando. En la actualidad, sólo Estados Unidos y Francia operan buques de guerra de propulsión nuclear, pero cuando China se una (eventualmente) a ese pequeño club, debería considerarse como una seria amenaza y un gran salto adelante para Pekín.