La Junta de Innovación de Defensa reconoció avances clave en tecnología emergente y destacó las estrategias de la Fuerza Aérea para superar barreras en el sector.
La Junta promueve grandes apuestas para acelerar la innovación
Con el objetivo de fomentar un cambio significativo, la Junta de Innovación de Defensa aprobó ocho recomendaciones para mejorar las estrategias del Departamento de Defensa. Estas recomendaciones abarcan desde enfocar las inversiones hasta transformar la cultura organizacional y simplificar la gestión de las oficinas de innovación.
Entre sus miembros, la Junta cuenta con figuras influyentes como Mike Bloomberg, exalcalde de Nueva York, Will Roper, exsecretario adjunto de la Fuerza Aérea, y Mac Thornberry, excongresista y presidente del Comité de Servicios Armados. Estos expertos resaltaron la necesidad de realizar “grandes apuestas rutinarias” mediante programas como las iniciativas Vanguard del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL).
El enfoque Vanguard, lanzado en 2020 por AFRL, seleccionó tres proyectos clave para recibir financiamiento intensivo por un total de 157 millones de dólares durante el primer año. Estos proyectos incluyen Skyborg, un sistema de inteligencia artificial para aeronaves no tripuladas; el Satélite de Tecnología de Navegación-3, que refuerza el GPS; y Horda Dorada, un sistema de municiones autónomas capaces de coordinar ataques en tiempo real.
Desde su creación, Skyborg y Golden Horde han evolucionado hacia programas de adquisición, recibiendo respaldo significativo por parte de los líderes de la Fuerza Aérea. Además, otros proyectos se han sumado a la iniciativa Vanguard, alcanzando un financiamiento anual de hasta 255 millones de dólares en el año fiscal 2024.

Principales proyectos impulsados por la Fuerza Aérea
- Skyborg: Sistema de inteligencia artificial diseñado para controlar aeronaves no tripuladas.
- Satélite de Tecnología de Navegación-3: Refuerza la navegación satelital como complemento del GPS.
- Horda Dorada: Municiones autónomas capaces de sincronizar ataques en vuelo.
Según el informe, el Departamento de Defensa debería comprometerse a desarrollar y desplegar entre cinco y diez capacidades disruptivas para el año 2027. Este enfoque permitiría cruzar el llamado “valle de la muerte” que muchas tecnologías enfrentan entre la investigación inicial y la producción masiva.
AFWERX y sus fondos como modelo para empresas pequeñas
El informe también destaca el modelo exitoso de la Fuerza Aérea para gestionar los programas SBIR y STTR, que otorgan contratos a pequeñas empresas para desarrollar y comercializar tecnologías prometedoras. Sin embargo, muchos participantes se quedan estancados en las fases iniciales del proceso, lo que limita su avance hacia contratos mayores.
Para solucionar esta problemática, la Junta propone crear “Fondos Oasis”, inspirados en los programas de AFWERX como STRATFI y TACFI. Estos programas combinan financiamiento público y privado para apoyar la transición de prototipos a producción, ofreciendo hasta 15 millones de dólares en incrementos estratégicos.
En 2024, los programas de AFWERX financiaron a 158 empresas, utilizando 1.900 millones de dólares en fondos combinados de diversas fuentes. Esta estrategia permite medir la viabilidad comercial de los proyectos y motiva a los gerentes a invertir recursos propios en las iniciativas.
Datos clave sobre los programas SBIR/STTR
- 158 empresas financiadas en 2024 con un total de 1.900 millones de dólares.
- Incrementos tácticos de hasta 2 millones de dólares por proyecto.
- Incrementos estratégicos que alcanzan los 15 millones de dólares.

A pesar de estos logros, la Junta criticó que AFWERX carece de suficiente personal y recursos para expandir su alcance de forma sostenible. Según el informe, aún existen barreras organizativas y culturales en el Pentágono que limitan el potencial de escalabilidad y la adopción de nuevas tecnologías.
Recomendaciones para fortalecer la innovación en defensa
El informe señala que, aunque existen métodos para transformar la investigación en programas de registro, estos no han sido formalizados ni integrados en un proceso transparente. Esto dificulta que nuevos participantes en el sector de I+D logren ingresos recurrentes a gran escala.
Se recomienda fortalecer la Unidad de Innovación de Defensa (DIU) para que sirva como guía a pequeñas empresas y actores no tradicionales en el ámbito de la defensa. Además, se solicita reducir los contratos complejos y agilizar el proceso de autorización de seguridad, permitiendo a las empresas innovadoras participar de manera más eficiente.
La Junta concluye que, aunque la Fuerza Aérea y AFRL lideran avances importantes, el Pentágono debe mejorar la coordinación y consolidar un enfoque más consistente para maximizar los beneficios de la innovación tecnológica en defensa.