Las fotografías difundidas el 19 de octubre revelan un avión de combate Su-57 ruso de quinta generación, equipado externamente con dos misiles de crucero Kh-59. Esta situación genera interrogantes sobre el empleo de este modelo, ya que estos aviones están diseñados para poseer secciones transversales de radar reducidas (RCS), lo que les confiere un mejor sigilo.
El hecho de que los misiles estén montados externamente, tal como se observa en las imágenes, incrementa notablemente la visibilidad del radar del Su-57, haciéndolo más susceptible a ser detectado. Esto es comparable a la situación de los aviones no furtivos de cuarta generación, como el Su-30 o el Su-35. No obstante, a pesar de no contar con capacidades furtivas completas, el Su-57 mantiene una gran efectividad, gracias a sus avanzados sensores, su aviónica y su sobresaliente rendimiento de vuelo.
Una de las razones que podrían explicar el uso del Kh-59 por parte de la Fuerza Aérea rusa en otros países es la intención de maximizar las salidas de combate de sus nuevos aviones. Este enfoque aumenta la experiencia operativa entre un personal más amplio, mientras el número de Su-57 en activo sigue en aumento. Para el año 2023, se espera la entrega de 12 de estos aviones, con proyecciones de alcanzar los 20 para finales del presente año.
Los misiles que son aptos para ser alojados en las bahías internas del Su-57, como el Kh-59MK2, tienen un costo considerablemente mayor en comparación con los misiles de crucero más antiguos y de mayor diámetro. Además, en el actual escenario de la guerra en Ucrania, ofrecen beneficios limitados, ya que las amenazas a la aeronave son relativamente bajas.
Dada la drástica reducción del poder aéreo ucraniano y la erosión significativa de sus defensas aéreas, el uso de los misiles Kh-59 más antiguos y económicos permite que las unidades Su-57 operen a un ritmo elevado, y provocó un menor costo para la Fuerza Aérea rusa.
Esta estrategia también permite preservar los misiles más avanzados Kh-59MK2 para enfrentar posibles conflictos con adversarios más poderosos, como los países miembros de la OTAN. La rápida expansión de la flota de Su-57 resalta la importancia de conservar estos misiles sofisticados.
Despliegue de Su-57 ruso en operaciones aéreos en Ucrania
Históricamente, se ha observado el despliegue de aviones Su-57 en regiones donde las defensas aéreas ucranianas están concentradas. Es relevante mencionar que, a comienzos de octubre, uno de estos aviones fue empleado para derribar un prototipo no tripulado ruso S-70, que parecía dirigirse hacia un impacto en territorio bajo control de Ucrania o de la OTAN.
Sin embargo, se considera que la mayoría de las misiones se realizan a distancias que no ponen a los aviones en un riesgo considerable, lo que indica que el compromiso de sus capacidades de sigilo no se presenta como un problema crítico. En este contexto, la utilización de misiles externos de menor costo se convierte en una opción rentable para el uso del Su-57 en operaciones de combate.
A lo largo de la guerra en Ucrania, Rusia ha experimentado con sus sistemas de armas de maneras innovadoras. Por lo tanto, es posible que el Su-57 visible en las imágenes esté realizando pruebas con una carga de misiles ampliada. Esta disposición podría implicar el lanzamiento de misiles externos contra objetivos que presentan una defensa reducida, antes de eliminar los pilones y cambiar a un modo de operación completamente furtivo.
A pesar de ser promovido como un caza furtivo de quinta generación, el Su-57 frecuentemente se compara de manera desfavorable con las capacidades de sigilo del F-22, F-35 y J-20. Aunque el Su-57 incluye algunas características diseñadas para evadir la detección por radar, su sección transversal de radar (RCS) es considerablemente más alta que la de sus equivalentes estadounidenses y chinos, lo que provoca una menor furtividad.
Comparativa de sigilo entre el F-22, F-35 y el J-20 chino
El F-22 Raptor, por ejemplo, se considera el modelo de referencia para los aviones furtivos, con un RCS estimado de apenas 0,0001 metros cuadrados, aproximadamente el tamaño de una canica de metal. Este RCS extremadamente bajo le permite evadir la mayoría de los sistemas de radar, incluso cuando vuela relativamente cerca de ellos.
El diseño del F-22 está meticulosamente enfocado en el sigilo, con compartimentos de armas internos, superficies de fuselaje cuidadosamente esculpidas y materiales que absorben el radar y minimizan su firma de radar.
El F-35 Lightning II, aunque es un poco más grande que el F-22, mantiene un RCS muy bajo, estimado entre 0,001 y 0,005 metros cuadrados, que es aproximadamente el tamaño de un pájaro o insecto pequeño.
Las características de sigilo del F-35 están diseñadas para funcionar en una variedad de espectros, incluidos los de radar, infrarrojos y emisiones electrónicas, lo que lo hace altamente capaz de sobrevivir tanto en misiones aire-aire como aire-tierra. Su sigilo en todos los aspectos le permite operar de manera efectiva en entornos de guerra modernos en red, donde evitar ser detectado es fundamental.
El J-20 de China, aunque no ha sido probado en combate tan exhaustivamente como el F-22 o el F-35, tiene un RCS de entre 0,01 y 0,1 metros cuadrados, dependiendo del ángulo desde el que se lo detecte.
Si bien no es tan sigiloso como los cazas estadounidenses, el diseño del J-20 resalta la reducción de la sección transversal del radar frontal, lo que dificulta su detección frontal. Sus bahías de armas internas y su forma avanzada ayudan a reducir su detectabilidad, aunque los expertos creen que su perfil de sigilo general está por detrás del F-22 y el F-35.
Su-57 ruso presenta un RCS mayor que cazas furtivos de referencia
Por otro lado, se estima que el RCS del Su-57 oscila entre 0,1 y 1 metro cuadrado, una cifra que es significativamente mayor que la de sus equivalentes estadounidenses y chinos. Aunque este avión incorpora materiales que absorben las ondas de radar y presenta algunos aspectos de diseño destinados a disminuir su firma, el tamaño de sus toberas de motor y la presencia de soportes de armas externos, evidentes en diversas secuencias de combate, incrementan su detectabilidad.
Estas características limitan su capacidad de sigilo, especialmente en comparación con el F-22 y el F-35. La verdadera fortaleza del Su-57 radica en su supermaniobrabilidad, su aviónica avanzada y sus capacidades multifunción, en lugar de su furtividad.
Al comparar el Su-57 con el Rafale francés, se observa que el ruso tiene una ligera ventaja en términos de sigilo, aunque no de manera abrumadora. El Rafale no ha sido diseñado como un avión furtivo y presenta un RCS estimado de 1 metro cuadrado. Si bien incluye algunos materiales que absorben radar y tiene una forma aerodinámica que ayuda a reducir su visibilidad, su sección transversal de radar sigue siendo más comparable a la de cazas de cuarta generación, como el Eurofighter Typhoon. El Rafale resalta la agilidad, la fusión de sensores y sus capacidades multifuncionales, relegando el sigilo a un papel secundario.
En términos generales, el RCS del Su-57 supera al de los modelos F-22, F-35 y J-20, lo que lo coloca en una posición desfavorable en cuanto a sigilo. Si bien es superior a plataformas más antiguas y no furtivas como el Rafale, su mayor sección transversal de radar lo hace más vulnerable a la detección en comparación con sus contrapartes estadounidenses y chinas.