El F-35 Lightning II es la base de la supremacía aérea en el escenario militar contemporáneo, y es crucial para la victoria en los conflictos convencionales.
Con un historial de más de 811.000 horas de operaciones aéreas y presente en 32 lugares del mundo, este cazabombardero destaca como elemento esencial en la doctrina defensiva tanto de Estados Unidos como de sus naciones aliadas. Hasta la fecha, 18 países participan en el programa F-35, lo que subraya su importancia mundial.
Sin embargo, el proyecto se enfrenta a desafíos, como retrasos en la línea de producción, debidos a la actualización pendiente del software TR-3, un avance crítico para mejorar las capacidades del avión. Lockheed Martin ha ensamblado más de 1.000 unidades del F-35, aunque el Pentágono ha recibido un número menor en previsión de esta actualización vital.
La solución a este problema es imperativa, teniendo en cuenta que los pedidos activos mundiales superan las 3.500 unidades y el creciente interés de varios países por unirse al consorcio del F-35.
El dominio aéreo es el factor más crucial en una guerra a gran escala. Asegurar la superioridad aérea facilita decisivamente el avance de las unidades terrestres y marítimas. En este contexto, el F-35 Lightning II, con su capacidad furtiva, emerge como el instrumento definitivo para consolidar dicho dominio.
Este cazabombardero de quinta generación es la opción preferida tanto del ejército estadounidense como de sus aliados.
Algunas notas sobre la situación actual del programa F-35
A fecha de marzo, la flota mundial del F-35 Lightning II ha acumulado más de 811.000 horas de vuelo, repartidas en 486.000 misiones operativas y de entrenamiento. Un total de más de 2.360 aviadores están certificados para pilotar este caza, y más de 15.600 técnicos están cualificados para su mantenimiento.
En la actualidad, 32 bases de todo el mundo y 12 buques están equipados para albergar y dar apoyo al F-35. La Marina estadounidense encabeza el recuento con cinco buques de asalto anfibio (USS Essex, USS Wasp, USS America, USS Makin Island, USS Boxer) y tres portaaviones (USS Abraham Lincoln, USS Carl Vinson, USS George Washington).
La Royal Navy le sigue con sus dos portaaviones, el HMS Queen Elizabeth y el HMS Prince of Wales, y la Marina italiana con el portaaviones ITS Cavour, al que se unirá el portahelicópteros ITS Trieste en 2024.
A día de hoy, son 18 los países que participan en el Programa F-35, y varias naciones más han expresado su interés, formal o informalmente, en unirse a la alianza.
El F-35 Lightning II es una plataforma aérea polivalente. Sus tres variantes (A, B y C) tienen capacidades distintivas: el F-35A opera desde pistas convencionales, el F-35B, con capacidad de despegue corto y aterrizaje vertical, permite operaciones tipo helicóptero, y el F-35C está diseñado para misiones basadas en portaaviones.
Retos de la producción del F-35: Retrasos y actualizaciones pendientes
Como ya hemos comentado, el proyecto F-35 Joint Strike Fighter se enfrenta a obstáculos en su ritmo de producción.
Actualmente, Lockheed Martin sigue fabricando estos aviones, sin embargo, el Pentágono ha paralizado la aceptación de nuevos modelos terminados debido a la ausencia de una actualización de software crucial. En el momento de escribir estas líneas, el número de cazas F-35 Lightning II fabricados supera los 1.000, con 990 ya entregados.
La implementación del software TR-3 es vital, ya que se espera que aumente la competencia del sistema digital del caza, ampliando sus capacidades en términos de almacenamiento y procesamiento de datos, interfaz de usuario, selección de armas y funcionalidad de los sensores.
La persistencia de este retraso en la actualización amplía la brecha entre el número de unidades producidas y las realmente entregadas. También se está a la espera de la puesta en marcha de la actualización del Bloque 4, cuya ejecución es inviable sin resolver antes los problemas relacionados con el TR-3.
Con una demanda mundial que asciende a unos 3.500 aviones y la presencia de nuevos actores interesados en incorporarse al programa, la pronta resolución de estas complicaciones de producción es cada vez más crucial.