El fabricante de motores Pratt & Whitney (P&W) ha ganado un contrato de 115 millones de dólares con la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) para apoyar la mejora de los motores de los cazas furtivos Lockheed Martin F-35A Lightning II.
La empresa informó el 2 de diciembre de que el contrato respaldará las “actividades preliminares de desarrollo” de su oferta para llevar a cabo la denominada “actualización del núcleo” del motor P&W F135 que propulsa el avión de Lockheed.
“Actualizaciones como ésta son parte normal de cualquier gran programa de defensa, y el motor F135 ha sido llevado más allá de sus especificaciones originales durante demasiado tiempo”, afirma Jill Albertelli, presidente de la división de motores militares de P&W.
Los avances en los sensores de a bordo del F-35 han aumentado sustancialmente las necesidades de potencia y refrigeración de la aeronave, sobrepasando los límites de diseño del motor F135 del tipo.
En respuesta, la USAF solicitó ofertas para un motor de sustitución, financiando el desarrollo de los llamados “motores adaptativos” de P&W y GE Aerospace.
Sin embargo, P&W también presentó una propuesta separada que denomina Enhanced Engine Package (EEP). P&W afirma que esta opción, presentada como una actualización del núcleo de los F135 existentes, será un medio mucho más barato y rápido de resolver el problema de la potencia.
“La actualización del núcleo del motor del F135 ofrece el camino más rápido, rentable y de menor riesgo hacia la capacidad del Bloque 4 para todos los operadores globales del F-35”, afirma P&W, filial de Raytheon.
Añade que la actualización EEP es la única opción de propulsión del F-35 que es una solución “drop in” para todas las variantes del avión.
Actualmente, los diseños de motor adaptables son incompatibles con la variante F-35B de despegue corto y aterrizaje vertical, operada principalmente por el Cuerpo de Marines de EE.UU. (USMC) y el Reino Unido.
Esto, combinado con el mayor gasto que supondría la sustitución completa de los motores, ha llevado a la US Navy, que opera la variante de portaaviones F-35C, y al USMC a negarse a apoyar esta vía.
La USAF aún no ha anunciado una decisión formal sobre la saga de los motores. Sin embargo, los jefes de servicio dicen que están planeando una resolución para finales de año.
“Nos gustaría llegar a una decisión este año”, dijo el jefe de Estado Mayor de la USAF, el general Charles Brown, en septiembre en la conferencia de la Asociación de Fuerzas Aéreas y Espaciales de 2022 en Washington DC.
El reciente contrato de 115 millones de dólares no representa una decisión formal al respecto, sino que financiará la actividad preparatoria hasta 2023 para un posterior despliegue de EEP, afirma P&W.
La adjudicación podría ser un indicador de que la USAF se inclina por el EEP frente a la sustitución completa del motor.
En agosto, la Fuerza Aérea lanzó un proyecto independiente para desarrollar un motor adaptable para su programa secreto de cazas de sexta generación, conocido como Next Generation Air Dominance (Dominio Aéreo de Nueva Generación).
La USAF asignó unos 5.000 millones de dólares a la iniciativa de propulsión avanzada, denominada Next Generation Adaptive Propulsion.