El primer fuselaje C-130J-30 para la conversión al estándar E-130J ya está en producción en las instalaciones de Lockheed Martin en Marietta, Georgia. Este desarrollo sigue al anuncio de que el E-130J será el sucesor del E-6B Mercury en el rol de tomar el control y moverse (TACAMO).
La selección del fuselaje C-130J-30 para esta tarea se realizó en 2020. Este programa, conocido como E-XX, tiene como objetivo entregar el primer fuselaje completo en el año fiscal 2026. Posteriormente, será transformado en un modelo de desarrollo de ingeniería del E-130J.
En enero de 2025, la Oficina del Programa de Comando, Control y Comunicaciones Estratégicas Aerotransportadas (PMA-271) adjudicará el contrato para integrar los sistemas de misión TACAMO en esta aeronave. Este nuevo diseño busca optimizar las capacidades de la Marina de EE. UU.
La estructura del E-130J será más pequeña que la del E-6B, basado en el Boeing 707-300. Sin embargo, el empleo del fuselaje extendido del C-130J-30 mejorará significativamente el rendimiento y las capacidades en comparación con el modelo TACAMO EC-130Q original operado entre 1963 y 1993.
Capacidades tecnológicas avanzadas en el nuevo E-130J

Gracias a tecnologías más modernas y compactas, el E-130J requerirá una tripulación menor. La eliminación de la misión del Puesto de Mando Nacional Aerotransportado (ABNCP) de la aeronave contribuye a esta reducción. Según documentación de la Marina de los EE. UU., la tripulación actual del E-6B es de 22 personas, pero podría reducirse a 14 o incluso menos en el E-130J.
Al igual que su predecesor, el E-130J contará con dos antenas de alambre colgante, además de una amplia gama de capacidades de comunicación, como las comunicaciones por satélite (SATCOM). Este sistema de antena de alambre es crucial para la misión TACAMO.
Las antenas de alambre colgante incluyen un cable largo de 28,500 pies y otro más corto de aproximadamente 5,000 pies. Estos se despliegan durante maniobras específicas sobre el agua, lo que permite su orientación vertical mediante anclas con peso en la superficie oceánica.
La longitud exacta del cable desplegado varía según la frecuencia utilizada. La tripulación consulta el manual NATOPS del E-6B para determinar las longitudes apropiadas para las frecuencias dentro del rango VLF. Este conjunto de antenas, conocido como DTWA, amplifica las señales y permite la transmisión eficiente en condiciones específicas.
Detalles técnicos del sistema de antenas en el E-130J

El cable más largo funciona como un elemento de contrapeso, amplificando pasivamente la señal de transmisión. Por su parte, el cable más corto lleva la transmisión alimentada. Ambos cables operan de manera conjunta para optimizar las comunicaciones durante las misiones.
Si bien las comunicaciones VLF pueden realizarse en vuelo nivelado, su eficacia se reduce en comparación con el patrón de órbita. Las transmisiones VLF, aunque pueden descifrarse con software simple, están cifradas para que solo quienes posean el libro de códigos correcto o un bloc de notas de un solo uso puedan interpretar su contenido.
La capacidad de reabastecimiento en vuelo permitirá al E-130J mantenerse en el aire durante largos períodos, al igual que el E-6B Mercury, que puede operar hasta 72 horas consecutivas. Sin embargo, factores como el suministro de alimentos y lubricantes limitarán el tiempo máximo de vuelo con el nuevo fuselaje.
El mantenimiento de las plataformas basadas en el Boeing 707, como el E-6B, está resultando cada vez más costoso tras la retirada del E-8C JSTARS en 2023 y el reemplazo del E-3 Sentry por el E-7A Wedgetail. Los fuselajes del E-6A Hermes, fabricados en los años 80 y 90, fueron algunos de los últimos Boeing 707 producidos, diferenciándose significativamente de los fuselajes C-135 utilizados en modelos como el KC-135 y RC-135.
La transición del E-6B al E-130J comenzará en el año fiscal 2028, pero el primero continuará operando hasta la década de 2030. Esto permitirá una sustitución gradual a medida que más fuselajes del nuevo modelo se integren a la flota.
En la actualidad, la flota de E-6B Mercury incluye dieciséis aviones. Además, un fuselaje adicional, un antiguo E-3D Sentry AEW1 de la Real Fuerza Aérea, está siendo modificado como avión de entrenamiento, aunque su vuelo inaugural, programado para principios de 2024, ha sufrido retrasos.
Impacto de la eliminación de la misión Looking Glass

Con el retiro de la misión Looking Glass de la Fuerza Aérea de los EE. UU., el E-130J enfrentará una menor carga operativa que el E-6B. Desde 1998, el E-6B ha asumido esta misión tras la retirada del EC-135 de la Fuerza Aérea, incluyendo la capacidad de Sistema de Control de Lanzamiento Aéreo, esencial para el lanzamiento remoto de misiles balísticos intercontinentales.
El nuevo hogar de esta función podría ser el Centro de Operaciones Aerotransportadas Survivable E-4C, basado en el Boeing 747-8. Este modelo reemplazará al E-4B Nightwatch, un avión con más de 50 años en servicio. Aunque no se sabe cuántos E-4C se adquirirán, informes sugieren que la Fuerza Aérea podría operar entre 8 y 10 fuselajes.
La flota actual de E-4B incluye solo cuatro aviones, lo que ha generado limitaciones en su disponibilidad. En ocasiones, menos de la mitad de estos fuselajes han estado operativos debido a demandas operativas, incluidas las agendas internacionales del presidente y el secretario de Defensa de los EE. UU.
Esta ampliación de capacidades permitiría al E-4C asumir tanto el papel de Looking Glass como otras funciones estratégicas, aliviando la carga sobre los recursos actuales y mejorando la resiliencia operativa.
El E-130J podría ampliar su despliegue en operaciones internacionales
Una flota TACAMO que no cargue con la función Looking Glass podría operar desde ubicaciones internacionales con mayor frecuencia, gracias a la menor necesidad de mantenerse alerta en el territorio continental de los Estados Unidos. Con sus capacidades únicas de comunicaciones submarinas, las aeronaves TACAMO podrían apoyar de manera flexible las operaciones de submarinos sumergidos en diversas regiones del mundo. Actualmente, los despliegues de los E-6B en el extranjero suelen durar solo unos días, vinculándose a ejercicios preestablecidos con bombarderos estratégicos y submarinos balísticos.
Aunque el objetivo principal de TACAMO es la flota de submarinos con misiles nucleares, el sistema de comunicación submarina VLF es igualmente efectivo con submarinos de ataque convencionales como las clases Los Ángeles y Virginia. La colaboración con el Reino Unido y Australia mediante el acuerdo AUKUS incrementará la actividad de destacamentos submarinos en ubicaciones remotas.
Para 2027, la Armada de los EE. UU. planea desplegar permanentemente al menos cuatro submarinos de la clase Virginia en el HMAS Stirling, junto con un submarino de la clase Astute de la Marina Real. Este grupo, denominado Fuerza de Rotación de Submarinos del Oeste (SRF-West), podría contar con apoyo de los E-130J en operaciones, incluyendo posibles misiones con submarinos de la Marina Real y la Marina Real Australiana.
Además de sus capacidades en comunicaciones, el E-130J, equipado con tecnologías como radio HF, ATC V/UHF, cable de órdenes UHF y EHF SATCOM, también podría desempeñarse como avión de comando y control en operaciones militares convencionales, siguiendo el ejemplo del E-6B Mercury.
Historia operacional del E-6B en misiones estratégicas

Durante 2011, un E-6B Mercury desplegado en la base de la RAF Mildenhall en el Reino Unido realizó una misión clave en la Operación Neptune Spear, la misión que culminó con la captura de Osama bin Laden. Este avión mantuvo contacto nocturno con bombarderos furtivos B-2A Spirit, sirviendo como apoyo contingente en caso de fallar la operación terrestre en Pakistán.
En 2006, un destacamento del Comando Central de los EE. UU. incluyó al menos un E-6B en la región CENTCOM como apoyo para la Operación Libertad Iraquí. Este despliegue, inicialmente planeado por un año, se extendió hasta 2009. Durante este tiempo, la unidad completó más de 8.000 horas de vuelo, coordinó 26 evacuaciones médicas y gestionó la transmisión de información sobre 335 incidentes con dispositivos explosivos improvisados.
A pesar de estas misiones versátiles, la prioridad de los TACAMO sigue siendo apoyar a los submarinos con misiles balísticos. Las limitaciones inherentes de la física de radio hacen que esta misión solo sea posible mediante aeronaves especializadas, superando intentos previos como el uso del USS Wright (CC-2) con antenas de 2 millas elevadas por helicópteros QH-43G Huskie.
Es probable que el E-130J continúe centrado exclusivamente en esta misión, con despliegues ocasionales al extranjero como sucede con el E-6B. Su futura utilización dependerá de su entrada en servicio y los requerimientos operativos que enfrenten las fuerzas armadas.