El Reino Unido y Japón están a punto de llegar a un acuerdo para fusionar sus programas de cazas Tempest y FX, ya que ambas partes pretenden acordar un nuevo proyecto conjunto para finales de año.
Los programas de aviones de combate de próxima generación de Japón y Gran Bretaña, denominados Tempest, están a punto de fusionarse. Según la información obtenida por Reuters, ambas partes pretenden combinar estos proyectos y acordar un nuevo proyecto para finales de año.
Es la primera vez que Japón busca un socio fuera de EE. UU. para un programa militar de envergadura, y será la primera colaboración importante entre Tokio y Londres. “Se trata de un proyecto que costará decenas de miles de millones de dólares, repartidos a partes iguales entre Japón y el Reino Unido”, dijo a Reuters una de las fuentes familiarizadas con el plan.
El programa FX de Japón está gestionado por Mitsubishi Heavy Industries [MHI], mientras que el programa Tempest del Reino Unido está gestionado por BAE Systems. El año pasado, empresas británicas y japonesas estaban colaborando en el desarrollo de algunos componentes del Tempest. Por otra parte, Inglaterra y Japón decidieron colaborar en el motor del Tempest.
La empresa británica BAE Systems también está apoyando el programa de cazas de nueva generación de Turquía, el Avión de Combate Nacional [TF-X]. Actualmente, unos 100 ingenieros de BAE Systems trabajan directamente en las instalaciones principales de TAI en Ankara. Por otra parte, otra empresa británica, Rolls-Royce, está muy interesada en desarrollar el motor original MMU TF-X. Rolls-Royce trabaja con el Grupo Kale de Turquía.
Programa Tempest
El Tempest, un avión de combate de sexta generación cuyo desarrollo continúa en colaboración con BAE Systems, Rolls-Royce, MBDA y Leonardo, y el Gobierno británico, fue presentado por primera vez en el Salón Aeronáutico de Farnborough de 2018.
El avión, que está previsto que entre en servicio en 2035, pretende convertir al Reino Unido en una potencia mundial en materia de aviones militares. En este contexto, las empresas de la industria de defensa británica, motores, diseño furtivo, sistemas de aviónica, sistemas de armas, etc. para el avión de combate de sexta generación siguen trabajando para desarrollar nuevas tecnologías en las áreas.
Sin embargo, el Reino Unido dejó claro que, aunque disponía de suficientes capacidades técnicas y de ingeniería para diseñar y construir el Tempest, el proyecto no podría completarse por razones económicas sin socios internacionales que apoyaran el desarrollo y la adquisición del avión.