Rusia está trabajando en su propia versión de un misil hipersónico asesino de portaaviones, según informes de los medios de comunicación estatales, una medida que probablemente tiene como objetivo fortalecer sus bastiones navales en el Atlántico Norte y el Pacífico Norte en medio de las crecientes tensiones geopolíticas con Estados Unidos y Occidente en general.
El 12 de julio, la emisora de noticias estatal rusa TASS anunció que el país está desarrollando el llamado misil hipersónico Zmeevik, conocido como “asesino de portaaviones”. El informe de TASS afirmaba que el misil tendrá características similares a los DF-21D y DF-26 de China, y tendrá una autonomía de vuelo de 4.000 kilómetros.
El mismo informe decía que el arma podría entrar en servicio en las unidades de defensa costera de la Armada rusa.
El misil Zmeevik resuelve el problema de dotar a los buques de guerra de superficie de armas capaces de atacar a los portaaviones y grupos de combate de portaaviones, señala el experto militar Vasily Dandikin en Gazeta.ru.
Afirma que si bien los misiles antibuque lanzados desde submarinos y desde tierra son eficaces en distancias inferiores a 1.000 kilómetros, las operaciones en los océanos Atlántico Norte y Pacífico necesitan sistemas de mayor alcance para impedir que los buques de guerra enemigos se pongan a tiro para lanzar ataques con misiles de crucero.
El desarrollo del Zmeevik fue impulsado por el propio programa de armas hipersónicas de Estados Unidos, como señaló Alexei Leonkov en una entrevista con Radio 1. Leonkov, redactor jefe de la revista militar Arsenal de la Patria, dijo que aunque Estados Unidos haya construido armas hipersónicas que pueden alcanzar velocidades de Mach 5, siguen volando principalmente en una trayectoria balística, a diferencia de las hipersónicas rusas como el Zmeevik, que se caracterizan por su capacidad de maniobra para evadir las defensas aéreas.
Dandikin señala, en consecuencia, que la llegada de las armas hipersónicas ha cambiado las prioridades de investigación de la Armada rusa, pasando de los misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM) a las armas hipersónicas como el Zmeevik.
Aunque los grupos de combate de portaaviones cuentan con buques de guerra fuertemente armados para la defensa aérea de la flota, estos barcos siguen siendo potencialmente vulnerables a los ataques con misiles. Naval News señala como ejemplo el reciente hundimiento del crucero Moskva. A pesar de que el Moskva cuenta con radares de defensa aérea de largo alcance y defensas antiaéreas en capas, Ucrania consiguió hundir el crucero utilizando misiles antibuque Neptune basados en tierra.
Esta enorme pérdida tuvo sin duda un profundo impacto en la Armada rusa, que puede haber puesto de manifiesto la vulnerabilidad de sus grandes combatientes de superficie frente a los ataques con misiles basados en tierra. Al mismo tiempo, también puede haber demostrado la potencial vulnerabilidad de los buques de guerra estadounidenses ante este tipo de armas.
Sin duda, el Moskva tiene defensas menos avanzadas que los buques de guerra estadounidenses, lo que significa que podría ser -y fue- hundido por un misil antibuque derivado de un diseño existente de la época soviética. Para enfrentarse con éxito a los grupos de combate de los portaaviones estadounidenses, Rusia necesita un misil mucho más avanzado.
Si el Zmeevik entra en servicio relativamente pronto, puede ser un potente elemento de disuasión contra la libertad de acción naval de Estados Unidos y sus aliados, ya que este país aún no ha desarrollado una defensa eficaz contra las armas hipersónicas, señala Naval News.
El Zmeevik puede convertirse en un activo clave en la estrategia de defensa de bastiones navales de Rusia, que el Centro de Excelencia de Operaciones Conjuntas Combinadas desde el Mar (CJOS COE) de la OTAN describe como una defensa en capas geográficas y horizontales.
La misma fuente señala que una defensa de bastión presenta un área exterior con la negación del mar como objetivo principal y un espacio interior que pretende el control del mar. Por ello, el despliegue de misiles con base en tierra como el Zmeevik aumentaría el alcance de las armas rusas y ampliaría su manto de antiacceso/denegación de área (A2/AD) dentro de las aguas semicerradas del Mar Báltico y el Mar del Norte y en el Mar de Okhotsk y las Islas Kuriles en el Pacífico.
Sin embargo, el Zmeevik puede resultar ser un vaporware, a pesar de las audaces afirmaciones que hacen los expertos militares rusos sobre sus capacidades. El sitio de noticias militares de 1945 señala numerosas cuestiones que ponen en duda la integridad de las afirmaciones rusas sobre el Zmeevik.
En primer lugar, no se han verificado pruebas de lanzamiento del Zmeevik, a pesar de que el arma lleva mucho tiempo en desarrollo, dice el informe de 1945. Esto no significa que nunca se haya producido un prototipo de lanzamiento de prueba, ya que la antigua Unión Soviética y la actual Rusia fueron y son pioneras en la tecnología de misiles antibuque.
En segundo lugar, no está claro cómo integrará Rusia el Zmeevik con otros sistemas. Dado que es un misil sobre el horizonte, necesita integrarse con aviones de reconocimiento marítimo, aviones no tripulados y satélites para poder apuntar con eficacia.
En tercer lugar, se desconoce hasta dónde ha llegado Rusia en el desarrollo del Zmeevik. Hasta que se verifique una prueba exitosa del misil Zmeevik, los informes sobre la nueva arma pueden ser propaganda o desinformación para confundir a los planificadores de defensa estadounidenses y aliados.
Los analistas occidentales pueden desestimar las afirmaciones rusas sobre el Zmeevik como una estratagema vacía hasta que se demuestre que el arma funciona, incluso en el próximo enfrentamiento o compromiso entre Rusia y Occidente.