¿Es posible ser aliado de un adversario? Ese parece ser el caso de Turquía, que sigue siendo el único miembro de la OTAN que mantiene relaciones con Rusia. La situación se ha vuelto más compleja en los últimos años tras la famosa expulsión de Turquía del programa multinacional F-35 Joint Strike Fighter a raíz de la decisión de Ankara de seguir adelante con la adquisición del sistema de defensa antiaérea de fabricación rusa S-400 “Triumf”.
¿No habrá cazas F-16 para Turquía?
Sin embargo, la semana pasada la administración Biden informó al Congreso de que estaba preparando una posible venta de 20.000 millones de dólares de cazas F-16 Fighting Falcon a Turquía, como medio de resolver la expulsión de Turquía del programa F-35. El Departamento de Estado de EE.UU. envió la notificación informal al Congreso el pasado jueves -que al parecer incluía a los comités que supervisan las ventas de armas en el Senado y la Cámara de Representantes- de su intención de proceder con el acuerdo propuesto.
En octubre de 2021, Ankara había solicitado la compra de cuarenta F-16 fabricados por Lockheed Martin junto con casi ochenta kits de modernización para su actual flota de Fighting Falcons. Las conversaciones técnicas entre ambas partes habían concluido y la Casa Blanca esperaba la aprobación final del Congreso.
Sin embargo, al menos uno de los principales legisladores del Senado tiene un problema con la venta.
“Como he dejado claro en repetidas ocasiones, me opongo firmemente a la venta de nuevos aviones F-16 a Turquía propuesta por la administración Biden”, declaró el viernes en un comunicado el senador demócrata Bob Menéndez, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
“Me opongo firmemente a la venta de nuevos aviones F-16 a Turquía propuesta por la administración Biden”, añadió Menéndez.
Además, arremetió contra el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, por seguir “socavando el derecho internacional, despreciando los derechos humanos y las normas democráticas, e incurriendo en un comportamiento alarmante y desestabilizador en Turquía y contra los aliados vecinos de la OTAN”. Hasta que Erdogan cese en sus amenazas, mejore su historial de derechos humanos en su país -incluida la liberación de periodistas y opositores políticos- y empiece a actuar como debería hacerlo un aliado de confianza, no aprobaré esta venta.”
Acuerdo sobre los F-16: ultimando los detalles
Es probable que la venta de los aviones dependa ahora de la negativa de Ankara a proceder a la ratificación de la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN, y es poco probable que los legisladores estadounidenses cedan hasta que Turquía elimine su obstrucción a la adhesión de las naciones nórdicas a la alianza.
Los dos países, históricamente neutrales, intentaron unirse a la OTAN el año pasado tras la invasión no provocada de Ucrania por parte de Rusia.
Aún no está claro si el hecho de que Turquía allane el camino para la adhesión de Suecia y Finlandia a la alianza llevaría a Menéndez a abandonar su oposición a la venta de los F-16. Por otra parte, el legislador ha apoyado la venta de nuevos aviones de combate F-35 a Grecia, a la que Menéndez describió como un “aliado de confianza de la OTAN” y dijo que la venta “refuerza las capacidades de nuestras dos naciones para defender principios compartidos, incluyendo nuestra defensa colectiva, la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho”.
La decisión de bloquear potencialmente la venta no sienta bien al gobierno turco. En una rueda de prensa celebrada el sábado en Ankara, Ibrahim Kalin, portavoz del presidente turco Tayyip Erdogan y su principal asesor en política exterior, afirmó que las exigencias de Washington eran esencialmente “interminables” y acusó a los legisladores estadounidenses de añadir continuamente nuevas demandas.
“Si siguen presionando a Turquía en otras direcciones con las sanciones a los F-16 (y) F-35, y luego Turquía reacciona, vuelven a culpar a Turquía, entonces eso no es un juego limpio”, dijo Kalin. “Parece que su lista de exigencias es interminable. Siempre hay algo”.