Israel tiene gran parte de la culpa del conflicto con los árabes palestinos, según acusa Naciones Unidas en el informe inicial de su polémica Comisión de Investigación, que tiene previsto centrarse en parte en cuestiones de discriminación por parte del Estado judío tanto dentro como fuera de las fronteras soberanas del país.
“Las conclusiones y recomendaciones relativas a las causas subyacentes se dirigieron de forma abrumadora hacia Israel, lo que hemos tomado como un indicador de la naturaleza asimétrica del conflicto y de la realidad de un Estado que ocupa al otro”, declaró Navanethem Pillay, que encabeza el panel de tres miembros que ha llevado a cabo la investigación. Pillay es la antigua Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
El informe de la ONU
El breve informe de 18 páginas de la “Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre los Territorios Palestinos Ocupados, incluidos el este de Jerusalén e Israel”, publicado el martes en el sitio web de la ONU, es el primero de lo que será un informe anual.
El informe habla de las acciones de Israel en Judea y Samaria, Gaza y el este de Jerusalén como una situación “a perpetuidad”, señalando que es poco probable que la situación termine sin una intervención internacional.
“La comisión constata la solidez de las pruebas prima facie creíbles disponibles que indican de forma convincente que Israel no tiene intención de poner fin a la ocupación, tiene una política clara de reafirmar el control total sobre el territorio palestino ocupado y actúa para alterar la demografía mediante el mantenimiento de un entorno represivo para los palestinos y un entorno favorable para los colonos israelíes”, afirmaba el informe.
Las acciones de Israel “alimentan un ciclo interminable de violencia”
Israel ha hecho esto con una impunidad que “está alimentando un mayor resentimiento entre el pueblo palestino” y “está alimentando… un ciclo interminable de violencia”, afirmaba el informe.
El informe hacía un guiño a la violencia palestina contra los israelíes. Hablaba de la necesidad de que todas las partes, incluidos los grupos armados palestinos, respeten el derecho internacional. Señalaba, en particular, el lanzamiento “indiscriminado” de cohetes contra Israel. Pero no hablaba de las violaciones del derecho internacional por parte de Hamás.
A diferencia de las pruebas anteriores de la ONU, ésta no se centra únicamente en las acciones israelíes en el territorio que, según la ONU, acabará formando parte de las fronteras definitivas de un “Estado palestino”, sino que también tiene previsto examinar las acciones israelíes dentro de sus fronteras soberanas, incluso en lo que respecta a cuestiones de discriminación.
Israel ha temido que la Comisión de Investigación de tres miembros acuse a Israel de crímenes de apartheid, de forma similar a los informes que ya han emitido varios grupos no gubernamentales de derechos humanos.
Ha rechazado el argumento del apartheid que situaría las cuestiones de raza en el centro del conflicto con los palestinos, Israel ha argumentado que su conflicto con los palestinos es territorial, de carácter temporal y no tiene relación con cuestiones de raza.
El informe no menciona la palabra apartheid. Sí habla de las prácticas discriminatorias israelíes y de lo que percibe como su incumplimiento de la Convención Internacional sobre la Eliminación de la Discriminación Racial. Habló en particular de su preocupación por la Ley de Estado-Nación de 2018.
Explicó que esta ley podría “exacerbar la discriminación estructural preexistente y sistemática contra los no judíos en Israel”, dijo.
La Comisión señaló que “el fin de la ocupación por sí solo no será suficiente, sin embargo. Deben tomarse otras medidas para garantizar que todas las personas de Palestina e Israel puedan disfrutar de todos sus derechos humanos, en igualdad y en su totalidad, sin ninguna discriminación”.
La asesora jurídica de NGO Monitor, con sede en Jerusalén, dijo que el informe “refleja la continua obsesión del CDH por atacar al Estado judío”.
“El COI borra el contexto histórico clave, asignando una culpa casi total a Israel por el conflicto”, dice Herzberg. “En particular, minimiza groseramente y descontextualiza el terrorismo palestino para pintar un cuadro de venalidad israelí”.
El informe sólo dedica unos pocos párrafos de las 18 páginas al terrorismo palestino, señaló.
Además, el informe hace “múltiples afirmaciones falsas sobre la discriminación para construir un caso de racismo y para que esta comisión permanente pueda acusar después a Israel de apartheid”, dijo Herzberg, añadiendo que el informe cita afirmaciones no verificadas de ONG activistas.
La comisión tampoco trató de relacionarse con las ONG israelíes que no promueven la narrativa palestina, dijo.
El director general de International Legal Forum, Arsen Ostrovsky, dijo que la COI contraviene las propias normas de la ONU, que establecen que los miembros de estas comisiones “deben tener, en todos los casos, un historial probado de independencia e imparcialidad”.
Sin embargo, la presidenta de la COI, Navi Pillay, “tiene un prejuicio de larga data y una virulenta hostilidad hacia Israel, habiendo declarado ya al Estado judío culpable de “violaciones del derecho internacional”, dijo Ostrovsky.