Israel va a sufrir una ola de calor de una semana de duración, que alcanzará su punto álgido el miércoles, con temperaturas que llegarán a los 42°C (108°F) en algunas zonas.
La ola de calor afectará a todo el país a partir del domingo. Las temperaturas subirán constantemente, alcanzando máximas de 36°C (97°F) en Jerusalén, 35°C (95°F) en Tel Aviv y 42°C (108°F) en Tiberíades el miércoles y el jueves, antes de refrescarse ligeramente durante el fin de semana.
El Ministerio de Salud instó a los israelíes, especialmente a los ancianos y a los que padecen enfermedades crónicas, a evitar la exposición excesiva al sol y a beber grandes cantidades de agua.
Su consejo de salud también señaló que las máscaras para protegerse del COVID-19 no son necesarias al aire libre.
La Autoridad de Parques y Naturaleza de Israel pidió a los israelíes que evitaran las excursiones largas a partir del domingo y durante 10 días, alegando el peligroso calor que hace. También subrayó la prohibición de encender fuego en los parques nacionales.
El mes pasado, Israel sufrió una ola de calor que coincidió con el día de ayuno de Tisha B’Av.
Mientras tanto, una ola de calor en el sur de Europa, alimentada por el aire caliente procedente de África, ha provocado incendios forestales en todo el Mediterráneo, incluso en Turquía, Líbano e Italia.
Los expertos dudan en asociar determinados episodios de clima extremo con el cambio climático. Pero la inesperada intensidad de algunos fenómenos del último mes, como las recientes inundaciones en Alemania, China e India, las repetidas olas de calor en Norteamérica y Oriente Medio, y la gran preponderancia de los fenómenos extremos, sugieren que el cambio climático está sobre nosotros.
Las emisiones de gases de efecto invernadero han seguido aumentando y los expertos advierten que son inevitables más aumentos de temperatura y olas de calor.