Avishag Shiran Malka, de 38 años y natural de Afula, es la única soldado haredí de la Policía de Fronteras. Durante su servicio, lleva un uniforme que incluye una falda larga que le cubre las rodillas, así como un cubrecabeza.
Yediot Aharonot informaba esta mañana de que Malka, casada y madre de dos hijos de siete y cuatro años, ambos escolarizados en escuelas haredíes, no ve ninguna contradicción entre su estilo de vida y el deber militar. “Estoy muy orgullosa de servir en la Policía de Fronteras, y también recomendaría a otras mujeres haredíes que se alistaran en el ejército”, declaró a Ynet. “Es posible combinar un estilo de vida haredi con un trabajo operativo y desafiante”.
Malka nació en Tel Aviv, se trasladó con su familia al distrito de Har Ephraim, en el centro de Israel, y de niña asistió a escuelas públicas. A los 18 años se alistó en la Policía de Fronteras y sirvió como soldado de combate en Jerusalén y Judea y Samaria. Un año después de su liberación, regresó para prestar servicio permanente. “A los 26 años empecé a asistir a clases de Torá y a aprender judaísmo”, dice. “Cada vez asumía más mandamientos hasta que me convertí en una mujer haredí”.
